Lun 23.03.2009
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TELEVISION › EL IMPERIO DEL CHEF, ACOSADO POR LA CRISIS

A Ramsay se le quema el guiso

Sus programas son un éxito, pero no todo son rosas en el campamento del chef escocés: la crisis financiera acosa a su empresa Gordon Ramsay Holdings y algunos se preguntan si no será hora de que se dedique a lo que mejor sabe hacer.

› Por Cahal Milmo *

Para el más insaciable e hiperactivo chef de Inglaterra fue un momento para saborear. Un año después de la apertura de su primer restaurante en París, catalogado como “aburrido, pomposo y demasiado caro” por el más ácido crítico gastronómico de Francia, Gordon Ramsay calificó esta semana la obtención de dos estrellas Michelin para el local como “un verdadero punto alto de mi carrera”. Pero si la adición de dos nuevos campanazos de triunfo en la cosecha que ya incluía otras diez estrellas Michelin cuenta como un triunfo de su talento en la espuma de zarzamora y el carpaccio de pulpo, llega con una buena guarnición de pastel de humildad: mientras llegan los logros, el maestro chef de 41 años se ve obligado a recortar el crecimiento de su imperio, tras sufrir una serie de traspiés financieros y de reputación.

En la misma semana en que Ramsay debió admitir algunas “inexactitudes” en su aseveración de haber jugado para el primer equipo de los Glasgow Rangers, se supo que ha debido ceder el control de su elegante restaurante en Praga. Ramsay también admitió haber quebrado convenios bancarios y haber recibido una multa de 1500 libras esterlinas por haber declarado sus balances seis meses tarde. Entre las revelaciones de que el chef debió disponer de 1,6 millón de libras de su propio dinero para restablecer la confianza de sus banqueros, también se supo que la veloz expansión de Gordon Ramsay Holdings (GRH) –la compañía privada con base en Gran Bretaña que maneja sus operaciones con restaurantes– se reducirá drásticamente y que el plan de lanzamiento al mercado bursátil para el año próximo fue puesto en suspenso.

Un vocero del chef negó que hubiera una movida inminente para meterse en el mercado de valores, pero una fuente con conocimiento de los planes señaló que “la recesión llegó en el momento menos indicado, y el master plan descarriló. Cualquier lanzamiento al mercado está ahora muy, muy lejos”. Ramsay suele defenderse de quienes critican el poco tiempo que pasa hoy en la cocina apuntando que nadie espera que Giorgio Armani dé cada puntada en los trajes que llevan su nombre. Pero lejos de sus restaurantes en Versailles (donde consiguió sus dos estrellas Michelin más recientes) o Nueva York, no ha dado respuesta a las preguntas presentadas en la Casa de Compañías de Cardiff, donde GRH depositó un documento de 36 páginas la semana pasada. La presentación de los balances 2007 de la compañía seis meses después de la fecha límite significó una multa de 1500 libras.

Los papeles muestran que GRH no cumplió sus acuerdos bancarios en 2007 –incluyendo la promesa de cubrir un descubierto de 6,13 millones– y que Ramsay debió presentar de su propio bolsillo una garantía de 1,6 millón para asegurar que podrá pagar sus deudas. GRH declinó comentar si el incumplimiento se repitió en 2008 ni si tiene un préstamo de 10,5 millones con el Royal Bank of Scotland, actualmente en problemas financieros. El grupo de restaurantes señaló que “las actuales condiciones económicas crean dudas sobre la disponibilidad de financiamiento bancario en el futuro cercano”. Esas declaraciones no son la única evidencia de que el chef está teniendo que trabajar duro para poner sus finanzas tan robustas como el lenguaje que a veces utiliza para comunicar su experiencia en Kitchen Nightmares y Hell’s Kitchen. Su compañía ya no está a cargo del día a día de su restaurante Maze, inaugurado en Praga quince meses atrás, y acaba de devolver el control del hotel Hilton en la capital checa. GRH insistió en que fue una decisión consensuada y que Ramsay seguirá ofreciendo su apoyo para la planificación del menú. La compañía tampoco comentó los rumores que señalan que se contempla una movida similar para otras operaciones no británicas de Ramsay.

Con beneficios de 3,05 millones de libras en 2007, un monto de negocios que se incrementa a razón del 9 por ciento anual, una serie de lanzamientos como el Murano de Angela Hartnett y un ingreso estimado en dos millones de libras anuales por sus programas de televisión, quienes apoyan a Ramsay dicen que está bien lejos de tener que darles la llave de sus locales a los banqueros. Pero sí hay pocas dudas de que la maquinaria publicitaria de Ramsay acaba de toparse con un problema serio. A principios de este año terminó el vínculo con su especialista en Relaciones Públicas, Gary Farrow, quien lo condujo a través de la tormenta publicitaria que generaron el año pasado los tabloides al señalar que el chef llevaba un romance de siete años con su “ama de llaves profesional”, Sarah Symonds. Los observadores más imparciales de las hazañas culinarias de Ramsay dicen que el chef necesita refocalizarse en lo que mejor hace. Richard Harden, co-editor de la Harden’s Restaurante Guide, dijo: “Me gustaría ver un poco de humildad en el campamento Ramsay. El puede tener una carrera televisiva y puede tener los mejores restaurantes del mundo. Pero, ¿en verdad puede tener ambas cosas?”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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