TELEVISION › FRANCO TORCHIA SE PASO A LA RED DE REDES
“En Internet puedo ofrecer contenidos experimentales”
El conductor de la versión bizarra de Yo me quiero casar, ¿y usted? llegó a la conclusión de que no iba a encontrar en TV un lugar con la misma libertad que en Cupido y armó Microshow.com.
Por Emanuel Respighi
Luego de tres años formando cientos de parejas freak y desperdigando desde la voz en off irónicas apreciaciones sobre los participantes de Cupido, en Much Music, Franco Torchia se encontró envuelto en un dilema casi existencial: ¿cómo seguir? Luego de meditar largamente y hacer algunos pilotos que no pasaron el filtro, el locutor de la versión bizarra y moderna de Yo me quiero casar, ¿y usted? llegó a la conclusión de que no iba a encontrar en la TV un lugar que tuviera la misma libertad que en Cupido. “Me di cuenta de que la TV abierta era una porquería, un medio vetusto y un negocio de franca e irreversible decadencia”, detalla. Fue entonces cuando decidió canalizar su necesidad expresiva a través de la creación de Microshow.com (www. microshow.com), la primera señal televisiva por Internet de América latina. “Fue la única manera que encontré para poder ofrecer contenidos televisivos experimentales y alternativos al público masivo”, subraya Torchia, director de contenidos del sitio web producido por AdMotion, una empresa especializada en software para publicidad digital.
Hasta la irrupción en la web de Microshow.com, los contenidos televisivos que podían verse a través de Internet no eran otra cosa que imágenes realizadas inicialmente para televisión y emitidas previamente en la pantalla chica, por lo general en sitios de variada temática. La novedad que trae consigo Microshow.com es que se trata del primer sitio web de la región en ofrecer contenidos televisivos especialmente creados para la audiencia de Internet. “Microshow.com es un medio nuevo, innovador, que permite pensar y ofrecer contenidos que serían impensables bajo todo punto de vista en TV. No porque no tengan calidad o atractivo televisivo, sino porque poseen una estética y un formato que parece ser demasiado revolucionario para los programadores actuales”, apunta.
El canal televisivo del ciberespacio cuenta con una programación variada, a la que se puede acceder en forma gratuita por los internautas. Entre la programación de Microshow.com, se destaca el ciclo Estado de show, un anárquico programa en el que el público elige a “la persona más feliz del mundo”, a partir de una serie de miniprogramas en los que cuatro personas se filman a sí mismas haciendo alguna actividad o simplemente diciendo lo primero que se les venga a la cabeza. Sensódromo Home Edition, en tanto, es un microprograma en el que diferentes artistas se filman durante días con una cámara de video, evadiendo cualquier tipo de mediación. “Ahora Cámara en mano se copió de nosotros”, dispara Torchia. Además, el sitio cuenta con Show on, el primer noticiero de espectáculos de la web, y acaba de estrenar Absurdo, un ciclo de cortometrajes temáticos realizados por Carolina Fal.
Una de las ventajas de la TV para internautas es que, a diferencia de la TV tradicional, los ciclos no tienen horarios fijos ni imposiciones de ningún tipo. Los contenidos de Microshow.com están pensados para los tiempos que manejan los internautas, que son mucho más breves y conceptuales que los televisivos. Otro de los puntos a favor es que todos los contenidos de Microshow poseen una alta calidad de video, ya que el sitio posee un sistema mediante el cual se adapta automáticamente a la velocidad de cada computadora, logrando una visualización óptima. La única restricción del sitio es que el usuario posea banda ancha.
“A Internet está yendo a parar un material que es mucho más nutritivo que el que la TV puede alojar hoy, más experimental”, resalta Torchia. “Entre otras cosas –detalla–, porque Internet rompe con la rigidez del horario de la TV. Microshow.com le devuelve al espectador un lugar de respeto, que le otorga al medio mucho futuro. Vuelve a poner al espectador en un primerísimo primer lugar. En la TV abierta, en cambio, se tocan los horarios a piacere de los programadores. Eso es una antigualla. Internet no tiene horarios. Internet le da al televidente libertad absoluta: hay acceso a todo tipo de contenidos y el usuario puede ver lo que quiere cuando quiere.”