Llega, como parte de la TV del verano, un equipo de famosos que hará las delicias de todo catador de freaks: la nueva temporada de Transformaciones (que empieza mañana a las 23, en Canal 13) focalizará en intervenciones estéticas a estrellas en busca de un cambio personal. La única experiencia local del boom quirúrgico suma al morbo del año anterior (verlos desnudos y a punto de ser cortados) uno nuevo: que sean caras conocidas de las que suelen poblar los programas de chimentos y las revistas de farándula. Se anuncian, con la conducción de Karina Mazzocco, cambios de look que renovarían a Alejandra Pradón, la Tota Santillán (uno que no salió bien), Gladys la bomba tucumana, Silvio Soldán y Lorena Paola, en la misma línea de los que se vieron en las transformaciones de Raúl Lavié y Nicky Jones.

En el mismo canal, llega también (el lunes 16, a las 19) una tira juvenil en la línea del Rebelde Way de la usina Cris Morena: esta vez será El refugio, producida por su ex socio Yair Dori, sobre un grupo de chicos que forma una banda musical para rescatar –con shows a beneficio– un alicaído teatro de barrio. Mística para hacer llorar en la línea de Luna de Avellaneda y caras bonitas, entre ellas la del participante Piru Sáez, ex Escalera a la fama) se combinan para dar con la tan soñada fórmula del rating. El mismo día, pero por la noche, el canal tiene previsto estrenar Sos mi vida, la tira de Natalia Oreiro y Facundo Arana que contará la vida de una aspirante a boxeadora (la Monita), que además cruzará historias de luchadores de catch (entre ellos, Carlos Belloso) ahora que se anticipan tramas de lucha libre también en la tira Gladiadores de Pompeya, de Canal 9. Para completar la grilla veraniega del 13 habrá que mencionar, también, a Casero, a todo culorr, el nuevo intento humorístico en la línea de Cha cha cha de Alfredo Casero (aquí junto a Leticia Brédice). A cargo de los guiones, Casero abandona su historial reciente en tiras y unitarios (Locas de Amor, Sin código, entre los últimos) para recrear el humor delirante con el que se inició en televisión.

Maru Botana, en Telefé, acaba de estrenar un raid culinario por el país que la encontrará pasando recetas en el mar y la sierra, como un calco en TV abierta de los paseos de Narda por Hong Kong y de Dolli por España. Los sábados a las 19 Maru intenta revestirse de glamour, lejos de los patines y los muñecotes, más asentada. El reciente Las aventuras del Doctor Miniatura (los viernes a las 20.30) es la otra gran apuesta de Telefé para los próximos dos meses, con intención didáctica sobre cómo funciona el organismo cuando es atacado por enfermedades como la hepatitis y la varicela. En Canal 9, Jugados por amor es el relanzamiento como estrellas del horario central de los ex Call TV Emiliano Rella y Carla Conte, exasperados y lisérgicos a la medianoche, ahora puestos a jugar en un show de los matrimonios remozado. Sus reemplazantes en Call TV mantienen el exacto tono de sus precursores: extrañamente estimulados para saltar y gritar después de las dos de la mañana.

Habrá que esperar un poco más, hasta febrero, para que el canal de Hadad estrene la comedia Amo de casa, de temática puramente hogareña con hombre a cargo de la faena de la casa, con Carlín Calvo y Andrea Bonelli. La renovación estival de Canal 7 llega con Libremente, la vuelta del talk show vespertino a la pantalla, a cargo de una histórica del género, Lía Salgado. Esta vez se pondrá a coordinar a un panel de quince personas sobre temas varios, en una curiosa opción del canal estatal por las lágrimas a la media tarde. También se estrenará una ficción, Historias sobre ruedas, los lunes a las 21, cuya trama –actuada por Arturo Bonín y Ximena Fassi, entre otros– prevé relatos a bordo de autos, camiones, colectivos y motos, en variante monotemática que parece ser la excusa preferida por los unitarios post Mujeres asesinas. El reestreno de América es Quinta a fondo, modesta variación de la grilla, que recupera las hazañas idiotas de una banda de desaforados que trata de imitar el modelo Jackass practicando pruebas de riesgo que siempre salen mal. Un capítulo aparte es el de los móviles veraniegos y programas de la costa. En ese plan, los almuerzos de Mirtha Legrand se mudaron a Mar del Plata repitiendo el ritual de todos los veranos: planos de olas desde las ventanas del Hermitage, ingreso triunfal de la diva por la alfombra roja e invitados de la cartelera costera que saturan la charla de chivos, horarios y agresiones a la competencia. Los magazines mañaneros y los programas de chimentos de la tarde (Buenos días Argentina, De 9 a 11, Intrusos) calcaron como una fórmula fija la estrategia del año anterior: enviar al mártir-cronista al parador para entrevistar durante siete minutos a una chica Playboy o una vedette tirabombas. La variación es el movilero-protagonista, en el caso de los mañaneros, que se impone desafíos como meterse al mar vestido o volar en parapente antes que conseguir la noticia del día. Junto con el único ciclo completamente estival (ad hoc) Viva el verano se despliega así la crónica de actividades estivales, una suma de galanes, vedettes, productores y extras para recrear el tema favorito entre la Rambla y la peatonal: hora, día y dirección de la próxima función para que, entre las olas y el viento, quede un lugarcito para pasar el chivo.