Aunque se pueda suponer que el agobiante calor de estos tiempos le haga jugar una mala pasada a la memoria, o simplemente porque a raíz del descanso vacacional la atención ya no se detiene en la pantalla chica, lo cierto es que no es extraño que el televidente argentino veraniego sienta cierta confusión con la programación de los canales. En el zapping estival, el televidente notará –no sin asombro– que en reiteradas ocasiones mira a través de su aparato de televisor escenas, historias, programas o simplemente elencos que le resultan viejos conocidos. Y no es para menos: el verano ’06 está signado por el fenómeno de las repeticiones de programas ya emitidos. Tanto Canal 13 como Telefé y Canal 9 decidieron apostar a reponer viejos éxitos, como una manera de sortear con cierta dignidad la temporada veraniega, donde el encendido televisivo se desmorona sin piso cierto.

Cada año, junto con el comienzo del verano, la televisión sufre un abrupto cambio en sus contenidos. El término de las temporadas de los programas insignia de cada uno de los canales y la escasa audiencia veraniega suelen desembocar en una suerte de etapa de experimentación televisiva durante dos meses, en los cuales los programadores suelen recurrir a ciclos de baja calidad artística, con la única pretensión de tapar huecos vacíos de programación. Este año, en cambio, los programadores decidieron no andar con vueltas y hacerla fácil, reponiendo programas que en el pasado tuvieron relativo éxito.

El que encabeza el fenómeno ’06 en materia de reposiciones es el 13, que en la actualidad repite tres ciclos: Son amores (lunes a viernes a las 17), Floricienta (a las 18) y El ojo cítrico (a las 15.30). Incluso, acorde con el robo a la sucursal de Acassuso del Banco Río de la semana pasada, ni lento ni perezoso Adrián Suar decidió repetir el envío Los cuatro reyes magos que este año se emitió en el ciclo Botines, y que cuenta el robo cometido en 1997 por los boqueteros uruguayos al Banco de Crédito Argentino. La oportuna reposición del envío protagonizado por Rodrigo de la Serna, Diego Peretti, Luis Machín y Carlos Belloso se emitirá el próximo martes, a las 23, en reemplazo de A todo culorr, el ciclo de humor de Alfredo Casero que con sólo una emisión fue “levantado” de la programación (aunque habrá un especial más sin fecha de emisión confirmada).

Por su parte, Canal 9 tampoco se queda atrás a la hora de recurrir al material de archivo. De hecho, actualmente tiene al aire cuatro reposiciones: los unitarios Okupas (lunes a las 23) y Tumberos (jueves a las 23), el humorístico Ricos y mocosos (lunes a viernes a las 20.30) y el periodístico Forenses, cuerpos que hablan (viernes a las 23). Más allá de que las repeticiones de los programas son una buena forma de ahorrar dinero para la temporada fuerte televisiva, lo cierto es que cada canal puso en marcha esa estrategia por motivos particulares y coyunturales, según el lugar que ocupan en el mercado televisivo.

“Nosotros decidimos repetir Okupas y Tumberos porque a partir del buen rendimiento de Criminal sentimos que el canal acaparó un público de ficción que no se podía perder”, explica a Página/12 Pablo Culell, asesor de contenidos artísticos del 9 y director de producción de Underground. “Se trata de dos ficciones –se explaya el socio de Sebastián Ortega– que tienen una gran calidad artística y que poseen una temática discutible, que generan polémica. Nos pareció interesante reponerlas ya que creemos que comparten con Criminal el mismo target. Fue una manera económica de darle al público nuevas propuestas de ficción, intentando agregarle al canal una tradición nocturna en el género que hasta ahora no tenía.”

También Telefé –el canal líder de audiencia– puso en marcha la estrategia. Motivados por las buenas mediciones que en su momento tuvieron las reposiciones aisladas de Muñeca brava, los múltiples retornos de Los simuladores y el eterno Poné a Francella, las autoridades del canal se jugaron a repetir en el prime time la sitcom Casados con hijos (lunes a viernes a las 21). Aunque es evidente que el principal argumento de estos reciclajes en la grilla es el ahorro de dinero en una época de vacas flacas en materia de ingresos publicitarios y audiencia, desde el canal señalan que el programa a repetir debe reunir determinada característica. Aun cuando puede sospecharse que reiterar sitcoms es una interesante manera de amortizar costos, ya que al tratarse de un formato comprado las versiones locales no se pueden vender al exterior. “No todos los programas son repetibles”, dispara Bernarda Llorente, directora artística de Telefé. “Más allá de cómo haya funcionado en su primera pasada –detalla–, nosotros creemos que sólo funcionan las repeticiones de ciclos que poseen un argumento o cierto humor en los que se pueda redescubrir nuevas cosas cada vez que se vuelve a ver. Es un poco lo que sucede con el caso de Los Simpson o El Chavo. Las sitcoms como Casados... tienen tanta cantidad de remates de humor en las situaciones que al público se le pueden pasar en una primera mirada, porque se necesita estar muy atento. Hay situaciones tan graciosas que no importa cuántas veces se las ve: siempre continúan causando gracia.”