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Martes, 10 de noviembre de 2009

TELEVISION › PLAZA SéSAMO CELEBRA SUS 40 AñOS CON MICHELLE OBAMA DE INVITADA

Abelardo prepara las velitas

El programa infantil, que nació en contraposición a los dibujos animados violentos, lleva cuatro décadas educando y divirtiendo a los más chicos en unos 150 países. En la próxima temporada se burlará de Fox News y parodiará a Mad Men.

 Por Guy Adams *

La letra del día podría ser la “F” de “Feliz cumpleaños”. El número del día podría ser “40”, el exacto número de años que lleva en el aire Plaza Sésamo, la madre de los programas infantiles. Abelardo, Pancho, Beto, Enrique y sus amigos multicolores entrarán hoy en su quinta década. La emisión número 4187, un número superior al de cualquier otro programa en la historia de la televisión para niños, será celebrada con una estrella invitada sumamente apropiada: Michelle Obama.

El festejo con la Primera Dama norteamericana sirve como símbolo del extraordinario éxito de Plaza Sésamo. Fundado para ayudar a la educación de los preescolares de Estados Unidos, especialmente en las ciudades del interior, el programa ha sido siempre tan étnicamente diverso como la sociedad a la que se dirige. Empujando las cosas, puede llegar a argumentarse que el primer presidente afroamericano debe en parte su elección a los ex espectadores de Plaza Sésamo. Como varias generaciones de celebridades invitadas, Obama ayudará a explicar las sutilezas de la lectoescritura y la aritmética a la joven audiencia. Luego, con la ayuda de Abelardo, una enorme criatura parecida a un avestruz, va a recitar una valiosa lección de vida. “Los vegetales tienen muy buen sabor cuando vienen del jardín, ¿no es cierto?”, se les dirá a un montón de sub-5. “Si comen todas estas comidas sanas, van a crecer y a ser grandes y fuertes.” La creadora de la huerta de la Casa Blanca flexionará sus brazos famosamente elegantes y agregará: “¡Igual que yo!”.

Plaza Sésamo ha ganado más de un centenar de premios Emmy y se ha emitido en unos 150 países. Todavía mantiene una extraña habilidad para reflejar los tiempos y proveer un servicio público: canciones e historias para educar a sus jóvenes televidentes. Por momentos ha ostentado un costado distintivamente subversivo que no les ha pasado por alto a sus televidentes mayores. La próxima temporada, por ejemplo, incluye una parodia de la serie de moda Mad Men llamada Muppet Men, en la que los personajes crean anuncios promoviendo emociones: feliz, loco, triste. Los blogs conservadores enloquecieron la semana pasada cuando se supo que un episodio tendría a una marioneta criticando al “Pox News” (sic) de Rupert Murdoch.

Pero, en cierto sentido, siempre fue así. Cuando se desarrolló Plaza Sésamo, a fines de los ’60, sus creadores querían revolucionar la televisión infantil, por entonces dominada por dibujos animados orientados hacia lo comercial. Joan Ganz Cooney, la directora ejecutiva del entonces nuevo programa, con escozor por el descubrimiento de que los dibujos animados tenían un promedio de 20 episodios violentos por hora, tomó la determinación de que Plaza Sésamo fuera diferente. Fue financiado por una organización sin fines de lucro llamada Children’s Television Work-shop y el formato se desarrolló con equipos de pedagogos y especialistas en comportamiento infantil. El resultado, probado en cientos de chicos en Nueva York, duraba una hora. Tenía cinco conductores humanos junto a las marionetas de Jim Henson, interpretación de roles, juegos, música, cortometrajes, dibujos animados y jingles pegadizos. En menos de una semana, el canal público PBS tenía un programa número 1 en sus manos. Abelardo llegó a la tapa de la revista Time en 1970. La Rana René y Elmo generaron una gama de juguetes, libros y spin-offs, insertándose a sí mismos en la infancia de jóvenes norteamericanos durante cuarenta años.

En años recientes, Plaza Sésamo ha enfrentado desafíos. A veces parece lo contrario de la era de corrección política. El Monstruo Comegalletas ha sido acusado de promover la obesidad y el auspicio de McDonald’s atrajo muchas críticas. El programa todavía atrae a las estrellas invitadas de renombre, pero se enfrenta a la competencia de formas de entretenimiento más novedosas. Incluso los valores centrales del programa han cambiado. En 1970 enseñó la tolerancia racial, ahora los jóvenes televidentes escuchan acerca del medio ambiente o de la comida saludable. En un episodio de la nueva temporada, una chica habla sobre las clases de yoga de su madre. “Adoro el yoga –dice–. Cuando crezca, quiero ser profesora de yoga.”

Pero el buscador Google incluyó “garabatos” de personajes de Plaza Sésamo en su página la semana pasada. Una prueba, quizá, de que en la era de Internet el programa tiene lo que se necesita para seguir siendo una parte esencial de la niñez norteamericana durante las próximas décadas.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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Las marionetas de Plaza..., parte de la infancia de millones de personas.
 
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