Viernes, 16 de abril de 2010 | Hoy
TELEVISION › HOY TERMINA LA CUARTA TEMPORADA DE PSYCH POR UNIVERSAL
La comedia detectivesca creada por Steve Franks cierra su año con un episodio que homenajea a las películas del maestro del suspenso. James Roday y Dulé Hill, los protagonistas, aseguran que la serie les cambió la vida.
Por Roque Casciero
Hace cuatro años, cuando Psych apareció en las pantallas, había demasiados programas sobre mediums, gente que hablaba con los muertos, clarividentes y demás. Y esta comedia policial creada por Steve Franks le puso un poco de humor al tema: sus protagonistas, Shaun Spencer y Gus Dupreé, son dos amigos de la infancia que ayudan a las fuerzas del orden a resolver casos gracias a los supuestos poderes psíquicos del primero. Claro que, en realidad, no hay nada de eso: Shaun desarrolló desde muy chico su poder de observación gracias al obsesivo entrenamiento al que lo sometiera su padre policía. James Roday y Dulé Hill, los actores que encarnan al falso psíquico y su mano derecha, no creen que las ideas sobre el programa hayan cambiado demasiado desde el comienzo. “Los personajes evolucionan y crecen porque los guionistas y los actores empiezan a saber más sobre ellos”, asegura Hill durante una teleconferencia. Y Roday apoya: “El motor es el mismo, sólo que nuestros excesos han crecido”. Mientras ultiman detalles para empezar a rodar la quinta temporada de Psych, los actores hablan del capítulo final de la cuarta, que esta noche a las 21 emitirá Universal. “Dirigí este episodio y le metí todo aquello que se me ocurrió”, dice Roday, quien, al igual que su personaje, parece no poder hablar en serio por demasiado tiempo. “Tiene bastante suspenso porque les rinde homenaje a varias de las películas de Alfred Hitchcock. Volvemos sobre el personaje de Mr. Yang (una asesina serial) que establecimos en el final de la tercera temporada. El episodio tiene un ritmo vertiginoso y Dulé tiene mucha pinta en todas las escenas en las que aparece. Fue muy divertido grabarlo, aunque fue más trabajo del que pensábamos cuando lo empezamos.”
Roday le confiesa a Página/12 ser un gran fan de Hitchcock y que, pese a que durante un par de temporadas intentó hacer un episodio basado en la obra del maestro del suspenso, no sabía bien cómo abordarlo. “Finalmente se nos ocurrió unir el hecho de que era el final de temporada con la secuela de Mr. Yang y el homenaje a Hitchcock”, explica. “Estamos felices de haber esperado en lugar de haber hecho un episodio hitchcockiano directamente, porque de esta manera salió mejor y tiene más significado. Ojo que si el episodio no tiene suspenso, es mi culpa, porque admito que ése era el objetivo.” En el papel de Mr. Yang volverá a la serie la actriz Ally Sheedy, con quien Roday asegura divertirse mucho. “Si pudiéramos resolver de qué modo tener una asesina serial en todos los episodios del programa, ella sería la que elegiría”, dice el actor, que también ha escrito guiones y dirige episodios de la serie.
Después de soltar un “¡vamos Manu Ginóbili!” cuando escucha que el cronista es argentino, Roday admite que a veces se le complica la multiplicidad de tareas en Psych: “Descubrí que soy un actor mucho menos capaz cuando estoy dirigiendo. Pero lo bueno es que tengo alrededor mucha gente en la que confío para sostenerme y hacerme saber cuando estoy yendo para atrás con mi actuación”. ¿Y su compañero Hill no se pone celoso de que él tenga tantos roles? “No creo que los celos que me tiene Dulé, que son muy profundos, tengan que ver con mi capacidad como director”, responde con su habitual ironía. ¿Otro ejemplo? Cuando se le consulta qué hará cuando termine Psych, responde que quizá finalmente sea el momento de dedicarse al circuito de fisicoculturismo. “Lo he demorado por demasiado tiempo. Ya tengo el cuerpo para eso y creo que es tiempo de que lo use”, suelta sin que se le escape la risa.
En lo que acuerdan ambos actores es en que disfrutan el éxito de la serie. “Ayuda a que nos hagamos conocidos para el público, cosa que con un poco de suerte puede proveernos otros trabajos en el futuro”, dice Hill. “Eso es lo que soñamos siempre. Cuando uno empieza a tomar clases de actuación y va a audiciones, lo que intenta es dedicarse a eso que ama. Así que finalmente estamos llegando al punto en el que nuestros sueños se concretan, y eso es fantástico.” El actor, que antes fue parte de The West Wing, pone un ejemplo de las oportunidades que se le presentaron gracias a Psych: “Hace unos meses, James y yo coprodujimos en Nueva York una obra en la que él actuó, cosa que no podríamos haber hecho si no tuviéramos el programa”. Según su compañero, ahora pueden darse el lujo de empezar a pensar en qué “quieren” hacer, en lugar de qué “deben” hacer. “Ni siquiera tenía una carrera antes de Psych”, se sincera Roday. “En la televisión me llamaban ‘El beso de la muerte’. Y este programa ha cambiado mi vida en cualquier modo concebible.”
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