La celebración por el Bicentenario de la Revolución de Mayo provocó toda clase de hechos culturales referidos al aniversario “redondo” del comienzo del proceso independentista del país. En la televisión, los 200 años que pasaron de aquel histórico 1810 derivó en una serie de programas periodísticos y documentales que hicieron referencia a dicha temática y lo continuarán haciendo durante los meses del año que restan. Pero lo más significativo es que la celebración permitió recuperar un género televisivo que había quedado en el olvido: la ficción histórica. A la espera de los estrenos de la película sobre José de San Martín y de la miniserie sobre Manuel Belgrano producidos por Canal Encuentro y Canal 7, la ficción de época retornará hoy a la pantalla con el debut de Lo que el tiempo nos dejó, un ciclo de unitarios que intentará reflejar personajes y acontecimientos de la historia argentina del siglo XX. Producido por Underground Contenidos, el programa comenzará esta noche a las 22.30 por Telefe, con el capítulo titulado “Mi mensaje”, que aborda la relación que unió a Eva Perón con la enfermera que cuidó a la “líder espiritual de la Nación” durante sus últimos meses.

Más allá de los interrogantes por saber si el ciclo estará a la altura de los hechos históricos que contará en cada uno de los seis telefilms, o de si la trama será fiel a los acontecimientos que retratará, lo cierto es que pocas veces la TV argentina fue capaz de generar un programa histórico de estas características. Desde ese punto de vista, Lo que el tiempo... renueva la oferta televisiva con una propuesta de ficción diferente de aquella a la que los televidentes están acostumbrados. Alejada del culebrón, sin vestigios del costumbrismo y en el polo opuesto a la ficción moderna, Lo que el tiempo... indagará en algunos hechos relevantes de la historia argentina a través de un registro ficcional anclado en la realidad, pero con las licencias lógicas que el género permite, y que Adrián Caetano –director de cinco de los seis episodios; el otro lo encabeza Luis Ortega– se encarga de aprovechar cada vez que dirige para televisión (imposible no reconocer su mano en programas como Tumberos o Disputas).

Bajo la supervisión de Felipe Pigna, una permanente fuente de consulta cuando la pantalla chica aborda estas temáticas, la ficción surgida bajo la sombra del Bicentenario hará historia a lo largo de seis telefilms (ver aparte), pero sin pretensión de ajustarse a ella. “En el ciclo tratamos de contar algunos temas del siglo XX que nos parecían claves, teniendo en cuenta que no tratamos de reflejar exactamente la historia, sino de ficcionalizar un momento histórico. En este punto, la enfermera que acompaña a Evita en el primer capítulo no existió como tal, sino que se la caracterizó para contar los dos mundos existentes dentro del periodismo: el peronista y el gorila”, explica Pigna a Página/12. “Creo que Lo que el tiempo... marcará una diferencia en cuanto a la ficción histórica en la TV. El ciclo recupera la épica de la historia y carga a los capítulos de mucha emotividad”, puntualiza.

El primer telefilm del ciclo abordará los dos últimos años de vida de Evita, haciendo foco no tanto en la figura de la líder política, sino más bien en el proceso de transformación de la enfermera que la cuidó durante su enfermedad. “El capítulo muestra la mutación que sufre la enfermera que cuidaba a Evita, que era una chica de una familia antiperonista, y que luego de conocer a ese gran personaje cambió su manera de ver el mundo”, le cuenta a Página Laura Novoa, que como en Ay Juancito, el film de Héctor Olivera, aquí vuelve a interpretar a Evita. “Poder hacer un personaje político tan grande –agrega Novoa– es uno de esos regalos con los que toda actriz sueña. Si bien interpretar a un personaje de estas características es más complejo que otros, porque no sólo hay que llegar a su corazón sino también estudiar el contexto político y social del que surgió, resultan ser trabajos muy placenteros. En este caso traté de imaginarme una Evita de entrecasa, a la que le dimos una muerte poética y preciosa.”