Viernes, 3 de septiembre de 2010 | Hoy
TELEVISION › GISELA BUSANICHE REGRESA A ENCUENTRO CON EN EL MEDIO DEL ARTE
La periodista cambia el eje del programa: después de analizar desde adentro la lógica de los medios de comunicación durante dos temporadas, pasa a meterse en los laberintos prácticos e intelectuales de las disciplinas artísticas.
Por Emanuel Respighi
Así en el arte como en los medios de comunicación: ésa podría ser la mejor definición que cabe para explicar el eje temático de En el medio, que luego de dos temporadas analizando desde adentro el funcionamiento y la lógica de los medios de comunicación mantendrá en su tercer año el formato pero para adentrarse en los laberintos prácticos e intelectuales que se esconden detrás de cada una de las disciplinas artísticas. Rebautizado como En el medio del arte, el programa que conduce Gisela Busaniche regresará hoy a la pantalla de Canal Encuentro (viernes a las 22.30), con la propuesta de indagar sobre los procesos creativos y políticos que llevan a la concreción de una obra de arte. Para ello, el ciclo analizará el criterio que se utiliza para calificar a alguien de “artista” y cuál es la función social del arte en los tiempos pasados, actuales y futuros, a través del testimonio y el trabajo de quienes hacen del arte una forma de vida.
Sin caer en un didactismo exagerado, ni en un relato tecnicista y conceptual para pocos, En el medio del arte buceará a lo largo de sus trece capítulos en los métodos de producción que pone en marcha cada artista y la relación de su obra con los procesos sociales, políticos y culturales del mundo que la rodea. “El actor y su representación” es el título del episodio que abrirá el ciclo 2010 de En el medio del arte, al que le seguirán “Cine”, “La pintura” y “Muralismo”, entre otras disciplinas. Tensiones como arte popular vs. arte elitista, necesidad expresiva vs. negocio, transformador de lo social vs. puro placer, autodidactismo vs. formación institucional, son algunas de las cuestiones que el ciclo planteará con la finalidad de comprender motivaciones individuales, más que para emitir conclusiones sagradas.
“Acercarnos al arte en toda su complejidad resultó más difícil que hacer En el medio de los medios, ya que todos tenemos acceso a los medios de comunicación, pero no todo el mundo tiene acceso al arte”, reconoce Busaniche ante Página/12. “Para bien o para mal, en mayor o menor medida, todos convivimos a diario con los medios. La accesibilidad al arte, en ese sentido, está recortada. ¿Cuánta gente tiene acceso en este país a la música clásica, a las esculturas, al universo pictórico? Eso demuestra que el arte todavía tiene un anclaje elitista, al que la gente siente muy alejado de su cotidianidad. De la misma manera que En el medio de los medios les dábamos la palabra a los periodistas, ahora se la ofrecemos a los artistas de las más variadas artes y estilos para aproximarnos a ese mundo que suele estar vedado”, cuenta la periodista que, además, desde este mes realizará informes para Telefe Noticias (ver aparte).
–En el medio del arte mantiene el formato de su antecesor. El hecho de que el público televisivo no esté tan familiarizado con los procesos artísticos que se ponen en juego en determinadas disciplinas, ¿terminó por modificarles su forma de abordar a los entrevistados?
–Para esta temporada hago las entrevistas con la curiosidad a flor de piel. Mientras En el medio de los medios tenía una posición tomada sobre el funcionamiento y el rol social de los medios, por conocerlos desde adentro, para las notas de En el medio del arte no voy con respuestas sino con preguntas. Ahora voy a descubrir aquello que no conozco y que creo que al público masivo puede interesarle. No es un programa para eruditos ni para chicos, es un ciclo que busca aproximarse a los oficios artísticos. Hago preguntas más básicas, en este caso, para poder entender, aunque las respuestas que recibo suelen tener un grado de complejidad que requiere de una actitud activa de los televidentes.
–Claro que para eso el programa tiene que saber despertar la inquietud de los televidentes, haciendo comprensible dicha complejidad o tecnicismo abstracto al que pueden acudir los artistas para explicar su oficio.
–La sensibilidad es una buena manera de abrir puertas. La emotividad que encierra cualquier expresión artística puede ser tan o más reveladora sobre algo que el conocimiento teórico de esa problemática. En la secundaria aprendí mucho más viendo La misión que todo un año estudiando de memoria el Preámbulo de la Constitución en Educación Cívica. El poder estimulante del arte es único. Ojalá el programa pueda transmitir ese placer. De todas maneras, para mí, todo tiene una función social. Creo en el poder del ciudadano activo. Todo el tiempo voy hacia ese lugar. Me interesa conocer el compromiso político que la gente tiene. Y me encontré con artistas que crean por el simple placer de hacerlo, más allá de que con sus obras están reflejando y/o construyendo una actualidad social y no otra. No todos son conscientes de que en el relato de la época el arte siempre cumple un papel significativo.
–Esa inquietud sobre el rol social que cumplen los periodistas, y ahora los artistas, ¿responde a un interés que usted se autoimpone como cronista social y conductora televisiva?
–Desde chiquita mis viejos me educaron con libertad para decir, pero con la responsabilidad ciudadana como bandera. Ellos eran militantes de la Juventud Peronista y me criaron de acuerdo con su manera de ver el mundo. Nací en 1977, viví el exilio interno en la Patagonia y crecí esperando encontrar a mis dos tías desaparecidas. Crecí con la idea de que había un mundo injusto y que había que hacer algo. La política estuvo en mi casa desde siempre. Pero si bien trabajé en la CTA, mi manera de militar no la ejercí desde un partido político, sino que la canalicé a través del periodismo.
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