El primero en tentarlo fue Adrián Suar, hace algunos años. Sin embargo, Miguel Angel Rodríguez decidió continuar su incipiente carrera como galán de tira –venía de protagonizar Son amores– y eligió hacer de Tito Roldán. El segundo en ofrecerle la conducción de un programa fue Marcelo Tinelli, cuando el año pasado le propuso animar El gran juego de las provincias, el programa que finalmente encabezará Dady Brieva por la pantalla del 13. “Aunque evalué ambas propuestas, ninguna de las dos me terminaba de convencer, las sentía muy lejanos a mi forma de ser”, explica el actor. Pero, dándole crédito a la frase popular, la tercera propuesta fue la vencida y finalmente el humorista se calzará la pilcha de conductor. Lo hará a partir de esta noche en Jamón del medio, un ciclo de humor y deporte que animará las medianoches de TyC Sports.

Luego de cuatro años en los que protagonizó tiras diarias en el competitivo horario del prime time (dos con Son amores y otras tantas con Los Roldán), el humorista surgido de Videomatch debutará en la conducción de un ciclo que mechará deporte y humor en dosis combinadas. Una tarea que Rodríguez puede manejar con soltura (nadie discute sus dotes cómicas, tampoco el fanatismo que profesa por San Lorenzo), aun cuando tenga por delante la tarea de reemplazar a Mar de fondo, el programa que durante siete años condujo Alejandro Fantino. “Yo no voy a reemplazar a nadie”, aclara en la entrevista con Página/12 el flamante conductor. “Puedo hacerlo mejor o peor que él, pero nunca igual. No hay que buscar comparaciones constantemente porque cada uno tiene su estilo. Aunque es normal que la gente haga la comparación con Alejandro porque estuvo muchos años, ya estaba instalado”, reconoce.

De hecho, la comparación entre un programa y otro trasciende más allá del género y el espíritu compartido. Es que en su nueva etapa como animador Rodríguez estará acompañado por Gastón Recondo y Marcelo Palacios, dos ex Mar de fondo, además de contar con Coco Sily y un elenco de nuevos humoristas. “Vamos a tener invitados, pero lo que no quiero es que el programa se base en eso. No va a ser un programa de invitados”, subraya Rodríguez, quién además este año hará un ciclo de humor que encabezará por Telefé (ver aparte).

–¿Esperaba esta propuesta en este momento, cuando usted ya está consolidado como actor cómico?

–A mí ya Adrián (Suar) y Marcelo (Tinelli) me habían ofrecido ser conductor. Pero siempre rechacé las propuestas porque quería seguir ligado a la actuación. Quería volver a hacer humor. Por eso arreglé con Telefé para hacer humor los domingos al mediodía. Pero cuando me llegó la propuesta de TyC Sports me entusiasmó, porque es un ciclo relajado de deporte y humor.

–¿Qué fue lo que lo terminó de convencer de la propuesta de TyC Sports, a diferencia de las otras?

–Que es un laburo diferente, en un canal deportivo, para hablar de fútbol y diversión. Eso es muy difícil de encontrar en la industria televisiva. Encima, yo ya había arreglado con Telefé hacer humor semanal, por lo que esta propuesta me cayó como anillo al dedo. Es un programa vivo y no grabado, como me ofrecían las otras propuestas. Y no tengo la presión del rating detrás. Es un programa que sé que va a seguir todo el año.

–¿Desde qué lugar se va a parar? ¿Del hincha fanático de San Lorenzo o del conductor objetivo?

–Yo soy un cómico, no un conductor. Pero creo que en el programa la pilcha de conductor me queda bien, porque no busca ninguna formalidad. Voy a hablar desde el lugar del hincha y eso me interesa, ya que creo que voy a preguntarle a los invitados desde otro lugar al que acostumbran contestar. Yo no voy a preguntar lo que los 100 programas de fútbol repiten durante todo el día. Voy a preguntar aquello que se pregunta el hincha en la tribuna, desde qué se siente al errar un penal frente a tu tribuna hasta cómo pudo errar un gol casi hecho. Igualmente, el contrapeso lo pondrá Recondo, que él sí es un periodista especializado y serio. Aunque también esconde un gran sentido del humor, que va estar realzado por las participaciones de Coco Sily.

–Después de dos años de mucha repercusión en Los Roldán, ¿sentía la necesidad de alejarse de la lucha descarnada del prime time por el rating?

–Internamente, yo quería escapar de la tira diaria, que implica mucho desgaste físico y mental. Después de cuatro años de Son amores y Los Roldán quería estar más tranquilo. En un canal de cable no hay desesperación por el rating. Uno puede trabajar sin presión. No tengo tanto el peso de ser conductor de un programa, ya que el ciclo tendrá un formato más relajado e informal. Quería ver las cosas desde otro lugar. Es un año de muchos cambios en la tele y, si bien voy a bailar en ella, voy a dejar el rock and roll para bailar lentos.

–Ya sin el ciclo al aire, ¿cómo evalúa lo que pasó con Los Roldán, donde vivió el éxito y el fracaso con diferencia de meses?

–Estoy feliz de haber participado de un ciclo como Los Roldán, que en el primer año se convirtió en la tira diaria de mayor audiencia de la historia de la TV. Lo que sucedió es que la segunda temporada no se movió como a mí me hubiera gustado que se moviera. Creo que nos equivocamos porque hubo muchos cambios: se pasó de Telefé al 9, se cambió tres veces de horario, de lugar de grabación, se manoseó mucho el guión... Todos cambios que una tira diaria los siente aún más. Fue un programa en el que viví las dos caras de la misma manera: el éxito y el fracaso. Eso no está mal, sobre todo para aquellos que se creen omnipotentes por haber hecho alguna vez 30 puntos en la radio. La mala segunda temporada nos ubicó en el mundo.