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Miércoles, 12 de abril de 2006

TELEVISION › EL REGRESO DE “SEMANARIO INSOLITO”, VEINTICUATRO AÑOS DESPUES

“Sólo heredamos el espíritu”

Marziotta, Rubio, Oliva y Reinhold recrearán el mítico ciclo que condujeron en su tiempo Becerra, Hanglin, Repetto y Portal. Pero se atajan: “Es imposible pensar en hacer el mismo programa”.

 Por Emanuel Respighi

A cada uno de los integrantes del cuarteto de conductores-noteros que desde esta noche intentará recuperar algo más que el espíritu del mítico Semanario insólito, con el estreno de Semanario, episodio 2 (a las 23, por América), le produce sensaciones muy diferentes ser parte de la segunda parte del mítico ciclo que en 1982 condujeron en Canal 7 Raúl Becerra, Virginia Hanglin, Nicolás Repetto y Raúl Portal. “Es un orgullo”, se apresura a decir Luis Rubio, quien confiesa que veía las repeticiones de Semanario insólito en su Rosario natal cuando era adolescente. “A mí me llena de responsabilidad”, agrega Gisela Marziotta. Se refiere al hecho de ocupar el lugar en el que alguna vez estuvo Adolfo Castelo, su “maestro”. “A mí me divierte”, puntualiza Laura Oliva, con su cotidiana simpleza. “Yo me lo esperaba porque tengo cierto aire a Virginia Hanglin”, dispara Diego Reinhold, con su habitual latiguillo.

Explotando la esencia y el formato de Semanario insólito –el ciclo que cambió la manera de hacer periodismo televisivo a comienzos de la década del 80 a fuerza de ironía y creatividad–, Semanario, episodio 2 tendrá una estructura de noticiero. “El programa –explica Oliva– hará foco sobre lo social en lo cotidiano. No vamos a hacer denuncias ni investigaciones profundas. Vamos a acercar a la gente todos los absurdos y contradicciones con que uno se topa a cada paso. Analizaremos, desde el humor, todas las pavadas cotidianas que nos molestan, que aunque no son problemones, son todas esas cosas que nos ponen de mal humor.” Deteniéndose en los sinsentidos de la ciudad y los ciudadanos, Semanario... pretende reírse de la realidad argentina sin dejar de reflexionar sobre ella.

–¿Qué hereda esta versión del Semanario insólito original?

Luis Rubio: –Va a ser un programa distinto, porque hay otras caras y es otra época. Han pasado muchos programas bajo el puente desde Semanario insólito hasta hoy. A diferencia de otros, Semanario... tenía una mirada ingenua sobre la realidad, pero a la vez inteligente y creativa. Era un programa que buscaba encontrar esas cositas que no se ven. Y, además, se trataba de un programa que hacía foco en aspectos más urbanos que políticos. Semanario... tuvo muchos hijos, pero la mayoría se fue más hacia el humor político o al que depende de la audacia del periodista frente al entrevistado.

Gisela Marziotta: –Lo que está bueno aclarar es que no vamos a hacer Semanario insólito. Es imposible pensar en hacer el mismo programa, porque somos cuatro personas diferentes, en un momento distinto. No es la misma sociedad ni la misma televisión.

–Pero la comparación va a ser inevitable porque llevan parte del nombre del original...

Laura Oliva: –Semanario, episodio 2 no hereda nada de Semanario insólito. Sólo el espíritu y la manera de ver ciertas cosas. De alguna manera, llevar la primera parte del nombre del original es blanquear lo que muchos otros hacen sin decirlo. Y además está Raúl Becerra como productor general del ciclo. Es un ejercicio como el de Las 7 diferencias: en la primera mirada no ves nada, pero cuando prestás atención te das cuenta de las diferencias en los dibujos. Lo mismo pasa con la realidad. Queremos sacar a luz todos los absurdos que nos rodean.

–¿Cómo aggiornar el formato de los ’80 a la TV del siglo XXI?

L. R.: –Uno ve hoy Semanario insólito y parece un programa que te lo pasan en cámara lenta: las notas duraban una eternidad, el piso tenía un ritmo mucho más tranquilo... Este programa va a tener una edición acorde con estos tiempos, a la que se le agrega la tecnología y la animación.

L. O.: –Igual, no nos ponemos la exigencia de aggiornar Semanario insólito, sino simplemente buscamos la forma de aprender a movernos y mirar de la manera en que los conductores originales lo hacían. Semanario...mostró y enseñó una mirada que no existía en la TV y que con el tiempo la TV explotó con sus vueltas de tuerca.

Diego Reinhold: –Semanario... marcó una bisagra en el periodismo: desde entonces se sucedieron los periodísticos humorísticos, se incorporaron a los noticieros ciertas cosas de humor... Fue un antes y un después en el periodismo televisivo.

L. R.: –Haremos una parodia de los noticieros, de las miradas que los conductores de los noticieros según el tenor de la noticia que presentan, que es muy divertido. Las caras de enojo, indignación, ternura, alegría...

–En el original eran casi todos periodistas. Aquí es más heterogéneo: hay periodistas, humoristas, conductores y actores. ¿Qué le agregará la multiplicidad de miradas?

L. R.: –En aquella época no había un espectro de tantos colores: eran periodistas mofándose del periodismo. Hoy, nosotros tuvimos carreras distintas, pero siempre ligadas a la realidad. Para mí, hacer humor de la realidad es hacer periodismo.

L. O.: –Lo que yo hago también tiene su germen en Semanario..., porque ellos eran periodistas que pudieron quebrar con el estereotipo, hicieron humor con las noticias. Eso abrió el camino a los que no somos periodistas pero trabajamos con la actualidad.

G. M.: –El periodismo se ejerce. Creo que cada uno le va a aportar al ciclo una mirada periodística mechada por su vocación y/o profesión.

L. R.: –Charlamos mucho este tema y llegamos a la conclusión de que es mucho más fácil sacarle periodismo a los humoristas que humor a los periodistas... (risas)

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Semanario, episodio 2 irá a las 23, por América.
 
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