En un nuevo capítulo que pone al descubierto el juego de presiones mediáticas del que una serie de ficción puede ser objeto cuando molesta a algún tipo de poder desde su trama, ayer finalmente los productores de El pacto decidieron suspender el estreno de esa miniserie, previsto para hoy a las 23 por América. Mediante un comunicado, Oruga Cine y Tostaki –los productores de la ficción seleccionada por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales– anunciaron que el programa no saldrá al aire esta noche, argumentando que “las razones de la postergación están asociadas a las presiones sufridas por la producción y el equipo artístico, que están obligando a redefinir el proyecto y parte de la historia, generando de esta manera un producto que no es el elegido originalmente”. El principal inconveniente que derivó en la suspensión del estreno es que el actor Mike Amigorena, que interpretaba a un CEO de un importante grupo multimediático, les rogó a los productores “bajarse” del proyecto del que era protagonista por no sentirse “cómodo”.

Desde que se conoció su trama, El pacto generó mucho más ruido mediático que las otras nueve ficciones que el Incaa seleccionó del concurso Plan de Promoción y Fomento de Contenidos Audiovisuales, y que desde esta semana se empezaron a ver por la pantalla de América. La miniserie escrita por Marcelo Camaño (Televisión x la identidad) hace foco en la complicidad entre algunos medios y la última dictadura. Específicamente, la trama aborda el traspaso en pleno golpe de Estado de las acciones que la familia Graiver tenía de Papel Prensa en favor de Clarín y La Nación. Sin dar nombres reales, la historia cuenta los detalles de esa operación cuya causa judicial aún está abierta. En El pacto, Amigorena interpreta a un CEO de un grupo que, por volumen empresarial y características, se asemeja a Héctor Magnetto, el principal ejecutivo del Grupo Clarín.

Los problemas para la producción comenzaron luego de las dos primeras jornadas de grabación, cuando tras un fin de semana Amigorena les expresó a los productores sus intenciones de abandonar la serie, por presiones que no detalló de dónde provenían. “Convocamos a Mike para los trece capítulos de El pacto, y él se entusiasmó mucho con el proyecto y el rol que le tocaba interpretar”, le contó a Página/12 Javier Mir, productor general del ciclo. “Le gustaba la idea de hacer un villano. Tuvimos dos jornadas de grabación intensas, pero luego de un fin de semana en el que algunos medios publicaron notas sobre la serie, Mike me llamó para decirme que se quería bajar del proyecto porque estaba muy angustiado, que no sabía a dónde se estaba metiendo y que estaba preocupado por su futuro profesional”, comentó el productor de Oruga Films.

Desde la producción le propusieron al actor continuar grabando hasta darle un cierre consensuado al personaje. Así fue que Amigorena se mantuvo en el set hasta actuar los guiones que ya estaban escritos y que tenía en su poder, por lo que llegó a grabar su participación hasta el capítulo ocho de los trece previstos originalmente por contrato. “Lo comprendimos desde lo afectivo y nos solidarizamos porque estaba muy afectado por la situación, y empezamos a darle vuelta a la trama para cambiar la historia. Pero cuando comenzamos a redireccionarla nos dimos cuenta de que no queríamos ser cómplices de esas presiones que rondaron a la producción, que no teníamos que tapar lo que estaba ocurriendo sino decirlo. Por eso decidimos denunciar esta situación públicamente, parar la pelota y darnos el tiempo suficiente para ver cómo seguimos”, subrayó Mir.

La medida de sacar a la luz pública una situación que afectó notablemente a la serie obedeció a que la “baja” antes de tiempo de Amigorena obligaba a reformular la historia pensaba originalmente. “El alejamiento de uno de los protagonistas, el cual tenía una incidencia fundamental desde el primer episodio hasta el último, terminaba afectando el relato y la historia que queremos contar. Nos dimos cuenta de que no estaba bueno, ni para nosotros ni para los televidentes, modificar los libros en función de las presiones que se ejercen desde algunos sectores de poder. El pacto es una ficción que narra hechos históricos, que tiene la intención de desnudar la complicidad civil y mediática que existió con la dictadura”, analizó Camaño, el guionista que basó su trama en diferentes textos sobre Papel Prensa publicados hasta el momento.

Las “presiones o sugerencias” a Amigorena sobre las consecuencias de participar de la serie no fueron las únicas que rodearon a la producción de El pacto. “La serie tuvo una presión mediática injustificada, con un nivel de persecución excesivo: nos pusieron guardia fotográfica en la puerta de la productora, me siguieron a mí, y se escribieron muchas notas adjudicándole una cuestión política más que artística”, enumera Mir, que a través de Oruga tiene una vasta experiencia como productor publicitario y televisivo. Actualmente, además de El pacto, Oruga coproduce junto a Mar de Fueguitos la tira Sr. y Sra. Camas para Canal 7.

Ante el alejamiento de Amigorena, la producción aún no definió la forma en que continuará El pacto. Las posibilidades que se barajan son dos: o se filman de nuevo con otro actor las escenas en las que participó Amigorena o bien se emiten las escenas grabadas por Amigorena y en el capítulo nueve un nuevo actor lo reemplaza para darle continuidad al personaje. Lo que es seguro es que la salida del protagonista no va a modificar la línea narrativa prevista, por lo que se descarta su muerte, tal lo que se había especulado hasta que se decidió denunciar lo que ocurría. “Todavía no tenemos definido cómo vamos a seguir, ni el actor que se sumará ni el día en que finalmente estrenaremos la ficción”, subrayó Mir.

Más allá de estas indefiniciones, que se resolverán en los próximos días, hay algo a lo que no renuncian quienes forman parte de la producción: la historia se va a mantener tal cual la delinearon al momento de presentarse al concurso. Aun cuando hayan tenido que postergar su estreno. “Estamos convencidos –cierra el comunicado– de que esta decisión nos obliga a redoblar los esfuerzos y seguir trabajando para que pronto podamos ver la historia que verdaderamente queremos contar. Vamos a seguir comprometidos para construir una televisión democrática, plural y libre, y para que todos los técnicos, actores, productores y artistas podamos trabajar sin miedo y en libertad.”