Domingo, 12 de abril de 2015 | Hoy
TELEVISION › HOY A LAS 22, EN HBO, COMIENZA LA QUINTA TEMPORADA DE GAME OF THRONES
Al fin llega el momento que millones de fanáticos esperan desde el año pasado. Sin soltar prenda sobre lo que se verá en la nueva temporada, Kit Harington, Iain Glen, Liam Cunningham y Emilia Clarke tratan de explicar las razones de un fenómeno planetario.
Por James Rampton *
La première de la quinta temporada de Game of Thrones, el mes pasado, fue un adecuado evento majestuoso. Afuera de la Torre de Londres, donde numerosos reyes y reinas de la vida real fueron encerrados, torturados y decapitados, los actores y actrices que interpretan a monarcas y aspirantes al Trono de Hierro saludaron a las masas con ademanes reales. A los lados de la alfombra roja ardían hogueras y se veían amenazantes imágenes de dragones sobre las imponentes paredes medievales. Lucía como una de esas bacanales de escenas de casamiento en Game of Thrones.
DB Weiss, cocreador del programa junto a David Benioff, dice que eligieron la Torre de Londres como lugar para la première porque “es la locación más tronesca que podíamos imaginar”. Tiene toda la razón. El lugar apesta a esa clase de sangrienta, dinástica venganza que ha sido la marca registrada de la insanamente popular serie de televisión, desde que se emitió su primer episodio cuatro años atrás. Incluso contiene un edificio llamado The Bloody Tower, La Torre Sangrienta. ¿Qué podría ser más tronesco que eso?
Aun así, Game of Thrones, que vuelve a la pantalla hoy, a las 22, por HBO (este fin de semana, la señal fue liberada en la Argentina para el paquete básico), no es una simple reformulación de la Guerra de las Dos Rosas del siglo XV con un agregado de incesto. Una de las razones por la que se convirtió en la caja de DVD y blu-ray más vendida en el mundo entero es que tiene tanto que ver con la actualidad como con la era medieval. Con sus historias de dinastías en guerra a un ritmo implacable y veloz, y un ciclo interminable de sangrienta sed de venganza, el show –que cuesta unos ocho millones de dólares por episodio– podría tener lugar en cualquier parte del mundo moderno. Siria, Irak, Yemen, Nigeria: elija su propia aventura.
Kit Harington (28 años) interpreta a Jon Snow, lo más cercano a un héroe convencional que Game of Thrones tiene para ofrecer. “El autor, George R. R. Martin, es un enorme artesano de Historia. Es un experto en períodos de la historia británica como la Guerra de las Dos Rosas. Para George fue importante investigar la brutalidad de esos tiempos. Pero todavía tiene resonancia hoy. Desafortunadamente, sólo se trata de prestar atención a lo que vemos en los medios todo el tiempo, todas esas decapitaciones, esa brutalidad. Si estás haciendo fantasía querés que sea relevante, con lo que tenés que ver las salvajes consecuencias de la guerra.”
Liam Cunningham (53), el actor encargado de ponerse en la piel del consejero real Davos Seaworth, expande el paralelismo entre los mundos ficcional y real. “Si hacen bien su trabajo, los artistas deberían sostener un espejo ante la sociedad. Desde que empezamos a hacer esta historia sobre gente en los extremos, sobre la paranoia, la venganza, el poder, los legados y el control, las cosas que han sucedido en Medio Oriente y otros lados han llevado a que la gente encuentre similitudes entre la serie y lo que está sucediendo en el mundo real. Es un momento atemorizador. El retrato del poder que hace Game of Thrones refleja bastante lo que sucede en el mundo. Los políticos discuten sobre quién es el mayor idiota, ya no se trata del interés nacional. Mostramos lo que el poder puede producir incluso en gente decente, cómo puede corromper... y de hecho lo hace.”
Algunas personas se han quejado de que la violencia en Game of Thrones es excesiva, pero el elenco argumenta que no es posible caer en las medias tintas al retratar un mundo tan irremediablemente brutal. “Es parte de crear un pieza plausible en una historia imaginaria”, dice Iain Glen (53), quien interpreta a Sir Jorah Mormont, el ahora exiliado consejero de su amada líder Daenerys Targaryen (Emilia Clarke). “La mayoría de la gente puede creer que esto podría haber sucedido. Eso hace que no sea una violencia gratuita. Uno de los logros de la serie es que todo eso podría haber sucedido. Los políticos podrían haberse manejado de ese modo y la rivalidad entre dinastías bien podría haberse manifestado de esa manera.” Cunningham coincide: “Si no fuésemos brutales estaríamos insultando a la audiencia. Si hubiéramos hecho Game of Thrones sin sexo y sin violencia, el público nos habría dado la espalda diciendo ‘no me subestimen’. Lo estaríamos engañando. El sexo y la violencia son absolutamente necesarios para mantener la autenticidad de este programa”.
La inmensa popularidad de Game of Thrones también tiene que ver con sus dominantes personajes femeninos. “La razón por la que los personajes fenmeninos son tan increíblemente poderosos es que son capaces de contener a la vez sus lados femeninos y masculinos”, dice Emilia Clarke, responsable de la más potente de todas las mujeres en la ficción, Daenerys, la madre de tres dragones. “Asumir tu sensibilidad y a la vez ir hacia adelante con fuerza es lo que hace a las mujeres tan poderosas. El hecho de no tener miedo de aceptarse a sí mismas como mujeres ya es realmente potente. Daenerys es un gran ejemplo.” Como resultado, Daenerys se ha convertido en un inesperado modelo de conducta. “La parte más satisfactoria de este trabajo es que podés movilizar a alguien en ese sentido. Es asombroso ser capaz de darles confianza a mujeres jóvenes. Ya no significa demasiado decir ‘Soy feminista’. Me gusta pensar que hay algunas similitudes entre mí y Daenerys.”
Jessica Henwick (22) es Mymeria Sand, una de las ocho hijas ilegítimas de Oberyn Martell, conocidas de manera colectiva como las Serpientes de Arena. Es una asesina despiadada lanzada a vengar la muerte de su padre: para interpretarla, la actriz hizo seis meses de entrenamiento con el látigo. “Las audiencias están hartas de ver las mismas viejas cosas una y otra vez. No quieren más la historia fantástica tradicional del chico de campo que descubre que es el centro de una profecía por la cual terminará ocupando el trono. Game of Thrones no es de ese estilo. Lo maravilloso de esta serie es que toma el cliché y lo da vuelta completamente.”
Es cierto también que una de las cualidades más fuertes de GoT es ser absolutamente impredecible, al punto de matar a sus más queridos personajes. Glen dice que Weiss y Benioff “sentaron el precedente con la muerte del muy popular personaje de Sean Bean, Ned Stark, en la primera temporada. Ese momento en que fue asesinado fue como decirle a la audiencia ‘aquí todo es posible’. Ese es uno de sus atractivos. Es también una marca de cuánto se han encariñado los espectadores con los personajes. Matar a personajes favoritos del público funciona, porque agrega espesor al show. Nadie está seguro”. Aunque esta falta de certezas agrega tensión dramática, puede tener un impacto inquietante en el elenco, dice Glen. “Definitivamente, estás muy pendiente de eso. Leés el guión y pensás ‘¿voy a volver esta vez?’. Estoy muy, muy agradecido de haber estado tanto tiempo en el programa. Son escritores muy, muy buenos, y confío en ellos. Y si llega el momento en que me tengo que ir, pues bien, será tiempo de irse.” Y si llega el momento en que Sir Jorah es despachado al gran Trono de Hierro en el cielo, ¿cómo preferiría irse?. “Con un ataque al corazón mientras tengo sexo con Daenerys.”
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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