Es la única película de Scorsese que permanecía inédita en la Argentina y también la más rara y atípica de su filmografía. El bache quedará salvado la semana próxima, cuando Plus Video y Gativideo lancen, en edición conjunta, Kundun, que este neoyorquino mil por mil filmó diez años atrás en el Tíbet. ¿Hay mafiosos allí, algún italiano, salas de cine, un local de Armani? No, hay lamas. Kundun narra la infancia y juventud de uno de ellos, durante la primera mitad del siglo XX. Rodeado por la crema de la crema en los rubros técnicos (Roger Deakins en fotografía, Dante Ferretti en diseño de producción, Thelma Schoonmaker en edición y Philip Glass en la banda de sonido), Kundun representó para Scorsese una suerte de retiro místico, tomando distancia de una obra que daba signos de repetición. El resultado es tan lujoso y exuberante como El pequeño Buda, de Bertolucci, otra muestra de budismo en technicolor.