Ex deportista y uno de los cómicos más idiosincráticos del cine contemporáneo, desde hace años que el grandote Will Ferrell empareja ambos vicios, filmando una serie de comedias deportivas y estrenándolas de a una por temporada. Todo comenzó en 2005 con Pateando y gritando, en la que aparecía como DT de fútbol, y siguió con La balada de Ricky Bobby, donde hacía de corredor de autos, y Deslizando a la gloria, en la que rayaba las pistas de patinaje. La más reciente adición a esa serie es Semi-Pro, que en Estados Unidos se estrenó a comienzos de año y aquí, toda una tradición local, AVH acaba de lanzar en DVD, con el título de Semi-Pro: el amateur.

Si las anteriores transcurrían en una suerte de fuera-del-tiempo, ésta tiene una inscripción precisa: transcurre en Flint, Michigan, en 1976. El primer dato es curioso, ya que en términos cinematográficos Flint es conocida como ciudad natal de Michael Moore, y allí transcurre la película que lo consagró, Roger and Me. El segundo tiene que ver con que, de modo absolutamente atípico, Semi-Pro es fiel a un hecho histórico: la desaparición, en 1976, de la Asociación de Básquet Americano, una de las dos ligas en las que hasta ese momento se dividió el deporte más popular de Estados Unidos, a partir de entonces monopolizado por la NBA. Si bien los equipos integrantes de la ABA no eran amateurs, estaban menos profesionalizados. De allí el título.

Cada presentación de los Tropics (nombre de por sí disparatado, ya que Flint, Michigan y el trópico tienen una relación tan estrecha como la que puede haber entre Alaska y un par de bermudas floreadas) incluye, antes del partido, música, sorteos y desfiles. Eso tiene que ver con que Jackie Moon, su dueño, entrenador, relacionista público y jugador-estrella (Ferrell, of course) es, además, músico funky y autor del hitazo “Love Me Sexy” (parodia a Barry White, de letra desternillante y mejor que cualquiera de sus temas). De allí que, por más que sea blanquísimo, Jackie luce un corte afro digno de una blaxplotation movie. Como todas las comedias de deportes de Ferrell, Semi-Pro copia la estructura típica de un drama del género. Pero a diferencia de las dos anteriores (Ricky Bobby... y Deslizando...) y más en sintonía con la menos lograda del cuarteto (Pateando y gritando), en esta ocasión parecería haber mayor indecisión, a la hora de asumir esos clichés como objetos de parodia.

Esa falta de decisión da por resultado una película menos graciosa y más convencional. Incluyendo un personaje femenino característicamente decorativo (a cargo de Maura Tierney, de Talk Radio y E.R.), un trajinado conflicto alrededor de la posible desaparición de los Tropics y un desaprovechado Woody Harrelson, en el papel del profesional que viene a salvarlos. Quedan, sí, las inconfundibles excentricidades-Ferrell (la idea de usar rímel para asustar a los rivales; unos osos boxeadores, salidos vaya a saber de dónde; un fumado que anda por ahí; un sueño pop que recuerda el de El reportero) y algunos integrantes de su troupe estable (el perturbador Will Arnett, el algo reiterado David Koechner), a quienes se les suma el bienvenido André Benjamin, cerebro creativo del genial dúo Outkast.