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8-Obsesión mortal,

de Clint Eastwood. Con C. Eastwood, Jessica Walters y Donna Mills.

1971, 102 min. AVH.

En su primera película como director y anticipando el carácter oscuro que atravesaría su obra, Clint Eastwood expía sus terrores de estrella. Para que no queden dudas se pone a sí mismo en escena, como un DJ sumamente popular en Carmel (la ciudad en donde vive y de la que llegó a ser intendente), aprovechando su fama y su pinta (¿la del personaje, la del actor, la del director?) para levantarse a una groupie. Ella lo invita a su casa, pasan la noche juntos, él infla su ego como el pavo real las plumas: todo responde al sueño del macho cabrío, hasta que la chica revela ser su peor pesadilla. En uno de los muy buenos extras que acompañan la edición, Eastwood reconoce el carácter hitchcockiano del asunto, poniendo a Hitchcock en el lugar que le corresponde: el de versión siniestra de Freud.

7-Competencia desleal,

de Ettore Scola. Con D. Abatantuono, S. Castellito y G. Depardieu.

2001, 110 min. SBP.

En Un día muy particular, Ettore Scola elegía un momento clave de la historia italiana del siglo XX –el día de la visita del Führer al Duce– para narrar el encuentro entre dos prescindibles del régimen: un homosexual y un ama de casa. Ahora vuelve al mismo día para mostrar cómo, cuándo y de qué modo la cotidianeidad del fascismo dejó salir todos sus monstruos, dando inicio a la persecución antisemita. Esa cotidianeidad se expresa a través de la guerra –tragicómica, en la tradición de la commedia all’italiana– que libran dos sastres y sus familias, en plena competencia por la clientela. Como uno de ellos es judío, bastará que el régimen, deseoso de complacer al Big Brother teutón, convierta al hebraico en enemigo interno, para que lo tragicómico ceda lugar a lo trágico liso y llano.

7-El corazón es engañoso...,

de Asia Argento. Con A. Argento y Jimmy Bennett.

2004, 97 min. 791 Colección.

La segunda película como realizadora de la hija de Dario se basa en la escandalosa novela, presuntamente autobiográfica, de un tal J. T. Leroy, a quien en la infancia su madre habría abandonado, travestido y drogado, además de hacer la vista gorda antes su violación. Después resultó que el personaje era una invención, lo mismo que la novela. Tan tortuosa e incómoda como es de imaginarse, la versión–Argento hace de la hipérbole su figura dominante, arrancando el relato del terreno de la historia clínica y el realismo y arrojándolo a las pantanosas aguas del gótico sureño y el cuento de hadas, en su versión más cruda y tremendista. La propia Asia encarna (nunca mejor aplicada la palabra) a la mamá, con cameos de Peter Fonda, una brujácea Ornella Mutti, Winona Ryder y hasta Marilyn Manson.

6-Las mantenidas sin sueños,

de V. Fogwill y M. Desalvo. Con L. Snieg, V. Fogwill y M. Busnelli.

2005, 93 min. SBP.

Algo así como El corazón es engañoso, sobre todas las cosas en versión no tremendista, la ópera prima de Vera Fogwill y Martín Desalvo presenta a una mamá que parece Charly García en sus peores momentos, con una hija de nueve años que la cuida, protege y atiende. En lugar de gótico sureño hay aquí una suerte de costumbrismo punk, hijo tal vez del Almodóvar de Qué he hecho yo... Alrededor de las protagonistas y su desastrado departamento orbitan una mamá psicóloga (Mirta Busnelli), un dealer que recuerda a Obelix (Julián Krakov) y un padre de la nena, más zombificado que ausente (Gastón Portal). Si la ausencia de sordidez y juicio moral son loables, la desprolijidad de la puesta en escena –que no le sienta mal a la película– parece más producto de la torpeza que de la deliberación.