Por segunda vez en un mes, la industria del video marchó a la sede del gobierno de la ciudad, en protesta por la inacción de las autoridades ante la piratería. Junto a representantes de las editoras, videoclubes y trabajadores del espectáculo marcharon los de las distribuidoras y exhibidoras cinematográficas, además de figuras como Roberto “Tito” Cossa (presidente de Argentores), Leopoldo Federico y Susana Rinaldi (presidente y vice de la Asociación de Intérpretes), y Atilio Stampone, presidente de Sadaic. “Pedimos que no haya más tolerancia hacia la ocupación del espacio público por parte de la mafia que hay detrás de los manteros, ni para con la evasión impositiva que implica el tráfico ilegal de películas truchas”, sostuvieron los representantes del video y la industria del espectáculo, justo en medio de ese paraíso de “manteros” que es el microcentro de la ciudad. Por culpa de la piratería, la industria del video atraviesa una crisis que, de no mediar una pronta respuesta por parte de las autoridades, podría ser terminal. De hecho, dos de las tres grandes empresas históricas del rubro (LK-Tel y Gativideo) vienen de cerrar sus puertas, producto de la vista gorda ante el comercio ilegal.