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8-Un día en familia,

de Hirokazu Kore-eda. Con Hiroshi Abe, Yui Natsukawa y You.

2008, 114 min. Transeuropa.

Como en el cine de Yasujiro Ozu, en Un día en familia todo parece flotar en medio de una calma perfecta, y sin embargo las relaciones familiares se develan cruzadas por corrientes oscuras. Como todos los años, el más hermoso día de verano la familia Yokoyama se reúne en casa de los padres para recordar al hijo mayor, muerto en un accidente. Pero esta vez el otro hijo varón no puede disimular el resentimiento hacia el padre, la madre revela algunos secretos poco honorables, la cuñada no es del todo bien vista y la hija no tardará en huir y hasta un vecino trae verdades que nadie quiere oír. Hirokazu Kore-eda –realizador de After Life y Nadie sabe– narra todo esto con la justa combinación de delicadeza, serenidad e impiedad.

8-El hombre solitario,

de B. Koppelman y D. Levien. Con Michael Douglas y Jesse Eisenberg.

2009, 90 min. Sony Video.

Las virtudes de esta película no pueden definirse sino echando mano de dos términos tomados del jazz: timing y swing. Es lo que derrochan los correalizadores y coguionistas (Bernard Koppelman y David Levien) y el elenco entero, en opinión de esta sección el más extraordinario supergrupo reunido en mucho tiempo. En un papel que representa una serie de variaciones sobre todos sus papeles previos (el de un predador sexual al que su egoísmo termina descolocando), Michael Douglas luce una soltura nunca vista. El trío Sarandon-Mary-Louise Parker-De Vito les saca todo el jugo a sus “solos” y Jenna Fisher e Imogen Potts son dos revelaciones absolutas. El hombre solitario no parece escrita y ensayada, sino improvisada: una verdadera jazz movie.

5-Cómo sobrevivir

a un rockero, de Nicholas Stoller. Con Jonah Hill, Russell Brand y E. Moss.

2010, 109 min. AVH.

Autor de un buen guión (el de Las locuras de Dick y Jane), de uno nada bueno (el de ¡Sí, señor!) y de uno que habrá que ver (el de la nueva versión de Los viajes de Gulliver), la primera película dirigida por Nicholas Stoller (Forgetting Sara Marshall) tenía lo suyo. Como si fuera El tren de las 3:10 a Yuma en clave de comedia anárquica, en Cómo sobrevivir... un agente de prensa que en su vida fumó un porro (Jonah Hill, el gordito de Supercool) debe garantizar que un rock star semidescerebrado y pasado de rosca (el británico Russell Brand) llegue vivo a un show de relanzamiento. Pero el personaje de Hill es demasiado opaco, el rocker de Brand queda a medio camino de la sátira, la gracia no abunda y todo suena cocido a medias.