Sábado, 4 de agosto de 2012 | Hoy
VIDEO › INTRUSOS, DIRIGIDA POR JUAN CARLOS FRESNADILLO
Exponente de la “internacionalización” del cine español, la película tiene un elenco multinacional –que incluye a Héctor Alterio– y un género bien determinado: el terror. Un niño sufre de pesadillas y una preadolescente comienza a vivirlas en carne propia.
Por Horacio Bernades
En los ’80 y ’90, la internacionalización del cine español pasó por la doble A de Almodóvar/Amenábar. Veinte años después, el cine de ese origen apunta directamente a Hollywood, por vía del cine de género. Thriller y terror, específicamente. En algunos casos se exportan películas, como sucede con la serie [REC], que ya lleva tres y prepara una cuarta. En otros, se exportan realizadores: Alex de la Iglesia y Los crímenes de Oxford, el mexicano Guillermo del Toro (asentado en España) con El espinazo del diablo y El laberinto del fauno, Juan Antonio Bayona –que después de El orfanato acaba de filmar su primera película en inglés, The Impossible– y Rodrigo Cortés con Enterrado y Luces rojas, de próximo estreno local. En esa línea, Juan Carlos Fresnadillo (Tenerife, 1967) filmó en Hollywood la segunda parte de la saga apocalíptica Exterminio y tiene en preparación una remake de Highlander. Entre una y otra estrenó Intruders, que un año atrás abrió el Festival de San Sebastián y en días más lanzará en DVD el sello AVH, con el título Intrusos.
Integrantes del seleccionado internacional de Intrusos: el británico Clive Owen, la madrileña Pilar López de Ayala (coprotagonista de Medianeras), la holandesa Carice van Houten (El libro negro), el alemán Daniel Brühl (que resultó ser catalán y no alemán, y es recordado sobre todo por Goodbye Lenin), la neocelandesa Kerry Fox (Un ángel en mi mesa, Tumba al ras de la tierra) y, faltaba más, Héctor Alterio. Dos tramas paralelas resultan no ser tan paralelas. En una, un niño español sufre de pesadillas, visiones tal vez, en las que un encapuchado –al que imagina sin rostro y llama Cara Hueca– entra a su habitación o ataca a su madre (López de Ayala). En la segunda trama, una preadolescente halla por casualidad (demasiada, quizás) un escrito en el que aquel niño cuenta sus pesadillas. A partir de ese momento también ella comienza a vivirlas. La clave está en su padre (Owen), que para resolver el doble trauma deberá volver sobre ciertos oscuros recuerdos infantiles.
Con guión de dos coterráneos del realizador, Nicolás Casariego y Jaime Marqués, como muchos exponentes del género, Intrusos reconoce como origen de lo siniestro el seno familiar, tal como Freud un siglo atrás. La protagonista de la segunda historia se llama Mia y su padre, John Farrow. Igual que un prolífico realizador australiano, que supo trabajar en Hollywood entre los años ’30 y ’50 del siglo pasado. También él tuvo una hija llamada Mia. El papel más memorable de Mia fue como protagonista de uno de los grandes clásicos del cine de terror, El bebé de Rosemary. ¿Alguna relación entre Intrusos y aquella obra maestra? Difícil hallarla. En tal caso, tal vez tenga alguna con El exorcista. Aunque más no sea por la presencia de un par de curas, que evalúan la posibilidad de exorcizar al niño de las pesadillas. Uno de ellos desestima el operativo, comentando, en el mejor español de España, que tanto el chico como su mamá “están como un cencerro”. “De la cabeza”, diría ese mismo actor, Héctor Alterio, si la película fuera argentina.
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