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Identidad en pasado
Por ana wortman *
En las últimas tres décadas, la sociedad argentina cambió de manera radical. En el marco de una situación política sumamente conflictiva y de la implantación recurrente de fórmulas económicas de corte neoliberal, en 1976 se impuso, a través del golpe militar más siniestro de la historia argentina, la última dictadura militar. Este fue el contexto de la conformación de un nuevo orden social, a partir del cual se generaron relaciones de dominación social de nuevas características, tanto a través del terror como de la producción de una sociedad más polarizada y crecientemente desigual. Históricamente la sociedad argentina se caracterizó por la existencia de una numerosa clase media, producida por una singular movilidad social. A partir de entonces, este proceso de movilidad fue desapareciendo y se fue constituyendo una sociedad polarizada, con rasgos más latinoamericanos aunque, aun así, en su decadencia sigue permaneciendo distinta a ellos.
¿Quiénes son todas esas personas que ya no forman parte de esas clases medias, dónde viven, con quiénes se identifican? Las clases medias se definían con relación a un futuro, a un proyecto a realizar y en ese sentido son herederas de la modernidad, de la vida urbana y de los espacios públicos, hoy en crisis. Más allá de las discusiones que determinan si persiste o no este proceso, estos grupos sociales ya no construyen su identidad con relación al futuro sino con relación a un pasado de mayor bienestar. A diferencia de los nuevos pobres de la literatura sociológica más reciente que los identifica como los nuevos excluidos sociales, producidos por la sociedad de consumo, fuera del disciplinamiento de la fábrica y de la ética del trabajo, los llamados nuevos pobres argentinos son aquellos que por ingresos se asemejan en muchos casos a los sectores históricamente pobres, pero acumulan un importante capital cultural y social. Esta es la singularidad argentina.
* Socióloga.