A la hora de definir el cine de Lucrecia Martel y con qué aspectos de su estilo se identifica, Onetto señala antes que nada que éste es su primer protagónico en la pantalla grande y que su relación con el trabajo de Martel le dio “una gran avidez de tener mucha más información de algunos aspectos que no tienen que ver con el guión ni con cómo se actúa una obra, sino con situaciones de técnica cinematográfica que vi que fueron muy apreciados en esta película y que yo desconocía y que eso era fruto de un uso particular del lenguaje cinematográfico”. Según Onetto, el cine de Martel “es muy profundo, contado de una manera totalmente sutil, sin estridencias, sin énfasis. Es un cine que va en contra de cualquier idea de lo solemne, tiene algo de juego permanente y, a la vez, no elude ir a fondo –sobre todo en esta película– y estar a la altura de lo que está contando”. La actriz señala que no ha visto nada parecido al cine de Martel y que, por otro lado, en Cannes, “me daba mucho orgullo ver cómo convivían dos expresiones de un mismo país tan diferentes, con otra película como Leonera, otro tipo de propuesta, mucho más expansiva y mostrada de otra manera. Me daba mucho orgullo pensar que los que están filmando se sienten muy libres y no están atados a ninguna tendencia ni a ningún modelo. Eso me estimuló mucho”, concluye Onetto.