OPINION
El esfuerzo constante
› Por Monica Viñao *
Creo que nuestro teatro, que es parte importante de nuestra cultura, atraviesa por un momento de gran vitalidad. En este año en particular hemos podido disfrutar de excelentes producciones tales como Los mansos, de Alejandro Tantanian; De mal en peor, de Ricardo Bartís; La omisión de la familia Coleman, de Claudio Tolcachir, sólo para nombrar algunas.
Renglón aparte merecen las interesantes propuestas generadas a partir de los textos de Anton Chejov, ese genial poeta de la vida no vivida, como bien lo llama Harold Bloom. Me refiero a espectáculos como El hombre que se ahoga, de Daniel Veronese; Argumento para una novela corta, de Enrique Dacal; y El caso Vania, de Laura Yusem, entre otros.
Y si bien es cierto que las autoridades nacionales y del gobierno de la ciudad ofrecen su apoyo a través de los diversos subsidios que otorgan, tal vez sería un buen momento para que considerasen un aumento en los presupuestos destinados al quehacer teatral. Los montos que se manejan en la actualidad apenas alcanzan para cubrir los costos de producción de los espectáculos y rara vez queda algún dinero significativo para los artistas involucrados y que dedicamos tantos meses a la preparación de nuestro producto.
* Directora.
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