LITERATURA › OPINION
Un acto político
Por Damián Tabarovsky *
Hace cierto tiempo que desde las ciencias sociales hay un cuestionamiento al valor del testimonio como narración cargada de una verdad intrínseca; crítica que, en general, comparto. Pero, de vez en cuando, hay excepciones. Una de ella son los diarios de Víctor Klemperer, publicados en dos volúmenes bajo el título Quiero dar testimonio hasta el final (diarios 1933-41 y 1942-45) por Galaxia Gutemberg/Círculo de Lectores. Los diarios forman un relato implacable sobre la vida cotidiana en Alemania y quien lea el libro observará que las anotaciones de Klemperer están cargadas de teoría; no hay en su texto una pizca de la ingenuidad del diario íntimo, del cuaderno de notas personales. Para Klemperer, escribir un diario es ante todo un acto político. Como la buena literatura, sus diarios no se dirigen a nadie, a ningún lector, a ningún futuro. Y lo hacen bajo el nazismo. Conocemos grandes textos, como el de Robert Antelme, que reflexionan a posteriori sobre la experiencia extrema de los campos. Pues bien, los diarios de Klemperer tienen el mismo nivel de agudeza, pero escritos en el día a día urbano de la tragedia. Klemperer, un lingüista judío convertido al protestantismo, narra su fracaso (el creerse alemán antes que judío) y el fracaso de toda una época con una prosa seca y a la vez irónica, por momentos humorística; desesperada pero siempre lúcida. Y si dan algún testimonio, es el de su propia imposibilidad.
* Escritor.