Jirí Srnec no quiso realizar el servicio militar obligatorio y por eso se dedicó a las artes. Estudió música, pintura y teatro. Y un día se le ocurrió una idea que dejaría una marca indeleble en la historia del teatro de su ciudad, Praga: combinó el teatro de objetos con la tecnología de la luz ultravioleta, que vuelve invisible a los ojos aquello que es negro mientras que ilumina intensamente los colores fluorescentes. Pero para Srnec, el truco del teatro negro no es el objetivo final sino el medio para montar y desmontar metáforas, emocionar a través del movimiento organizado de objetos y actores en armonía con la música. Así, Srnec inició un camino que luego imitarían muchos dentro y fuera de la República Checa. Desde que creó su compañía, en 1961, hasta hoy, tiene en su haber un repertorio de veinticinco piezas para niños y adultos. Cada dos o tres años estrena una obra nueva, dejando atrás las anteriores, aunque a veces los teatros del mundo lo llaman para reponer viejos éxitos y así lo hace. Ya lleva realizadas 280 giras internacionales y ha participado en 72 festivales de teatro. Más de tres millones de espectadores vieron a su compañía en algún punto del planeta. En la actualidad, mientras se lleva a cabo la gira por la Argentina que continuará en México y Estados Unidos, Srnec prepara un nuevo espectáculo que promete un gran despliegue de producción: un homenaje al autor checo Franz Kafka.