A diferencia de la Nueva Trova, por ejemplo, Los Van Van se mantuvieron casi autónomos de la Revolución en términos de mensaje. No hay textos que la apoyen explícitamente. Formell tiene una explicación a mano: “Es que nosotros hacemos crónicas sociales. El cubano, en general, tiene mucha gracia para sintetizar y, de hecho, este tipo de música es como sintetizar una obra de teatro. Es fabricar una historia a partir de una frase, ¿no? Tú dices: ‘La Habana no aguanta más’ y seguís ‘La Habana no aguanta más porque la gente quiere vivir en La Habana’... se crea una historia en la que involucrás a los personajes, que son los mismos bailadores, los que te van a ver. Y eso le queda cómodo al que baila, porque son historias comunes a todo el mundo... ya lo hacía Miguel Matamoros, lo hacía Benny More, lo hacían los grandes de la música cubana de los ’30 y los ’40. Yo me apoyé en eso, en la vida cotidiana, e hice crónicas sociales, no políticas. Ahora, si es un hecho político, porque todo hecho social es político, bueno. Pero yo no hago nada ni a favor ni en contra de nadie”.