Xavier Le Roy afirma: “No me considero un artista conceptual y no conozco ningún coreógrafo que trabaje en danza sin un concepto”. Sin embargo, aclara que la denominación danza conceptual “al menos permite una localización histórica de este movimiento dentro de una genealogía de la performance y las artes visuales del siglo XX al hacer referencia al movimiento de arte conceptual de fines de 1960 y comienzos de 1970. Con él comparte su crítica a la representación, su insistencia en la política, su fusión de lo visual con lo lingüístico, su empuje en pos de una disolución de los géneros, su crítica a la figura del autor, su dispersión de la obra de arte, su privilegiar el evento, su crítica a las instituciones y su énfasis estético en el minimalismo”.