Sábado, 14 de agosto de 2010 | Hoy
CINE
Una de las características principales de estas películas es la creación de un universo gay ajeno al trazo grueso y al lugar común siempre festivo que pregona la pantalla chica. Esa construcción habla no tanto de la orientación sexual del director como de una correcta investigación y compromiso, además de la destreza en el oficio: es cuestión de actitud y aptitud. “Se deben investigar los códigos, las posturas, los lenguajes y gestos que un gay sabe de dónde vienen pero los heterosexuales no. Eso no quita que un buen director bien asesorado logre salir adelante. No alcanza sólo con el compromiso”, opina la directora del Diversa. Para Trerotola, la orientación sexual se nota en la “construcción irónica y la distancia” de una película. “Se ve mucho en lo gay televisivo. Hay poco compromiso erótico, no tanto por la censura que pueda existir en la televisión sino por la sensibilidad afín con la representación de ese erotismo”, asegura. Parecido es el punto de vista de Juan Pablo Russo, para quien depende de la seriedad con que se encare el proyecto y la profundidad de la investigación. “Uno puede hacer un policial sin ser un policía. ¿Por qué no se puede contar una historia de amor del mismo sexo sin ser gay?”, se pregunta el periodista.
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