Si bien están más concentrados en la realización de su próximo largometraje, Cohn y Duprat tienen un proyecto de diseño de un canal de televisión. “A nosotros la tele nos encanta y no la consideramos un género menor, como los cineastas que dicen ‘televisivo’ cuando tienen que señalar algo negativo. Y pensamos que el lugar de la verdadera innovación está ahí. Y también pensamos mucho cómo debería ser la televisión pública. Estudiamos mucho el tema. De hecho, cuando hicimos Ciudad Abierta ya estábamos puestos en ese tema”, cuenta Duprat. Es el propio cineasta quien opina que la televisión pública del futuro “debería ser protagonizada por los espectadores y no que el Estado diga: ‘Esto es lo que tienen que consumir los ciudadanos, esto es bueno, esto es malo, esto es políticamente correcto y por lo tanto deben aprenderlo’. Eso nos parece una antigüedad total y también una especie de soslayamiento del espectador”. Duprat tiene la certeza de que el espectador “es supercreativo, tiene ideas muy interesantes sobre el mundo, sobre la realidad compleja que vivimos. Y también creo que en la tele no necesitamos ahora moderadores, gente que pregunte por nosotros”. Sobre la base de esas ideas Duprat y Cohn inventaron un formato: “Lo desarrollamos para que los ciudadanos puedan expresar sus opiniones, sus puntos de vista y sus columnas televisivas en sus casas sin intermediarios. Pero no para hacer cosas de humor o divertidas sino para la opinión, el debate, la reflexión y el punto de vista”. Duprat sostiene que es algo así “como un gran blog televisivo, curado y por supuesto filtrado, con una línea editorial que no se oculta y que apunta a la reflexión, al debate y a la opinión del ciudadano sobre diferentes temas”.