Considerado uno de los escritores más brillantes en lengua alemana, el austríaco Peter Handke reúne en tanto novelista, dramaturgo, poeta, director de cine y ensayista una producción variada. Es autor, entre muchos otros títulos de La mujer zurda (novela que dirigió en cine); Jukebox (ensayo); La tarde de un escritor; El peso del mundo y El chino del dolor (novelas); Carta breve para un largo adiós y Lento regreso (narrativa); Insultos al público (antiteatro); Kaspar (teatro, 1968); El juego de las preguntas (teatro) y Un viaje de invierno, polémico texto, escrito después del estallido de la guerra en Bosnia-Herzegovina. Allí acusaba a los corresponsales de guerra que vivían en Sarajevo de tergiversar hechos. Tempranamente premiado en 1975 con el prestigioso Georg Büchner, destinado a las letras alemanas, aclaró su postura en el prólogo a la edición española de El viaje...: “He escrito sobre mi viaje por el país de Serbia de la misma manera que, desde siempre, he escrito mis libros, mi literatura: un narrar lento e interrogativo. Cada párrafo trata y relata un problema: la presentación, la forma, la gramática, la verdad estética...”. Pero esto no aquietó las aguas y cundió el calificativo de proserbio. En cine, colaboró con Wim Wenders en otra recordada película sobre un texto suyo: El miedo del arquero ante el penal. En las estrofas de Canción de la niñez, como en la adaptación de Incriminados, realizada por Leonor Manso y César Fois, resta algo del niño/adulto de El libro de las preguntas que ya sin padre ni madre, porque están muertos, halla los interrogantes que habría deseado plantearles.