Más que un estudio de radio, el de FM 100, de 6 a 9 de la mañana, se convierte en una suerte de teatro libre en el que prima la carcajada. En ese espacio de libre albedrío, en el que todos participan activamente en un crescendo humorístico sin límite, sobresale la figura de Pettinato. Es que mientras María O’Donnell (política y sociedad) y Marcela Godoy (locución) permanecen sentadas durante las tres horas del ciclo, el conductor se mantiene parado casi toda la mañana, y mientras habla no puede con su genio: baila, gesticula y no deja de tocar una batería imaginada sólo en su cabeza con el palito con el que revuelve cada uno de los cafés que toma. A esta altura (7 am), no hay duda: El show de la noticia es mucho más divertido en vivo y en directo que a través de la radio. Aunque eso, claro, no significa que no se trate de una interesante opción radial para comenzar el día con una sonrisa.

Vestido de jeans y camisa celeste, Pettinato llega a la radio puntualmente cada día a las 5.30, luego de pasar a buscar con el auto a su hija Tamara, productora del programa. Con una energía envidiable para esa hora, Pettinato entra al estudio cargando en una mano los discos de vinilo que él mismo trae para musicalizar el programa, mientras que la otra es ocupada por el saxofón que cada mañana abre El show... Es que no sólo el hombre cambió el perfil teens de FM 100 hasta posicionarla entre las más escuchadas en la primera mañana sino que, además, logró lo que parecía imposible en la emisora: escapar de la música melosa de Chayanne, Luis Miguel y otros artistas latinos para incluir canciones de bandas y tipos como Jerry Lee Lewis, Miles Davis o Rolling Stones.

En ese constante ir y venir del estudio al control y del control al estudio, Pettinato contagia al resto del equipo con toda clase de bromas, de las que nadie queda exento. Y no es postura: todos se divierten cual estudiantes de colegio secundario en tarea radial. “Este tipo cambió muchas cosas –apunta Demián, el productor general del ciclo–, no sólo la música sino también las ganas con las que uno viene a laburar. Si hasta casi que te diría que es un placer para nosotros levantarnos todos los días a las 5 de la mañana. Nos divertimos mucho, como en ningún otro programa.”