La temporada que está a punto de culminar será recordada como una de las peores para la ficción local. Considerando únicamente aquellos programas producidos localmente –descartando repeticiones y latas–, los canales de aire sólo emitieron ocho programas ficcionales. El que más historias puso en su pantalla fue Telefe, que programó Secretos de amor, Casi ángeles, Lo que el tiempo nos dejó y Caín & Abel. Por su parte, El Trece estrenó Alguien que me quiera, Malparida y Para vestir santos, tres productos que le bastaron para ser la emisora que más horas del género emitió en 2010. La otra ficción que vio la luz este año fue Contra las cuerdas, que actualmente se emite por la pantalla de Canal 7. Pero más allá de la cantidad de programas, el dato que demuestra el mal momento que atraviesa la ficción argentina lo brinda el hecho de que de esos ocho programas, dos estuvieron al aire apenas tres meses (Secretos de amor y Caín & Abel, ambos de Telefe), mientras que un tercero tuvo que modificar historia y horario (Alguien que me quiera): todas decisiones que se ampararon en el frío y básico argumento del bajo rating. De hecho, si bien a la ficción histórica Lo que el tiempo nos dejó, a la adolescente Casi ángeles y al unitario Para vestir santos les fue bien en términos de audiencia, el único programa que puede sacar pecho de éxito es Malparida, que a lo largo del año promedia diariamente los 22 puntos. No es casualidad: la telenovela que El Trece emite diariamente a las 21.30 responde a los cánones del culebrón clásico, el formato ficcional más adecuado para los tiempos televisivos que corren, donde el efecto visual se impone a la atención que requieren historias de mayor complejidad.