La muerte arrancó temprano. El 11 de enero de 2010, pasó por París y se llevó, a los 89 años, a Eric Rohmer, uno de los padres fundadores de la nouvelle vague y quizás el cineasta francés más sofisticado de la segunda mitad del siglo XX. Esa pérdida fue la primera de un año durante el cual también fallecieron otros cineastas de primer nivel, entre ellos un amigo y compañero de ruta de Rohmer, el gran Claude Chabrol. Antes de llegar a ser directores habían trabajado juntos en la redacción de los Cahiers du cinéma y escribieron a cuatro manos un libro fundamental, Hitchcock, que casualmente este año tuvo su primera versión en castellano gracias a la editorial argentina Manantial. La comedia también se tiñó de luto durante el 2010: Hollywood perdió a Blake Edwards, el cine italiano a Mario Monicelli y el español a Luis García Berlanga. Por el lado de Cinecittà, también se sintieron las ausencias de dos grandes guionistas, Suso Cecchi d’Amico, recordada sobre todo por sus trabajos para Luchino Visconti, y Furiò Scarpelli, pilar de la comedia a la italiana. El productor Dino De Laurentiis se forjó en los estudios romanos, pero murió el mes pasado en Hollywood. Dos renovadores del cine norteamericano de los ’60, Dennis Hopper y Arthur Penn, también se fueron durante el 2010. Y entre los actores y actrices, las pérdidas más notorias fueron las de Tony Curtis, Leslie Nielsen, Jean Simmons, Patricia Neal, Gloria Stuart y Kevin McCarthy.