Eduardo Berti (Buenos Aires, 1964) está viviendo en Madrid desde 2008. Tal vez como el protagonista de “Volver”, un cuento sobre el exilio en Lo inolvidable, no se reconoció en el paisaje de la Argentina que encontró a su regreso, en 2006, después de seis de residencia en París. “Quizá empecé a volver con la imaginación antes de hacerlo con mi cuerpo. El regreso es imposible en un sentido estricto, porque uno ha cambiado y el lugar ha cambiado, tanto el paisaje como la gente que se quedó”, plantea el autor de los libros de cuentos Los pájaros (1994), La vida imposible (2002); los aforismos y miniprosas de Los pequeños espejos (2007); y las novelas Agua (1997), La mujer de Wakefield (1999), Todos los funes (2005) y La sombra del púgil (2008). Aunque terminó una nueva novela, cuenta que no le gusta hablar de los libros aún no publicados. “Por cábala, tipo Basile o Bilardo, y por una especie de pudor. Pero digamos, entonces, que es una novela de amor narrada en primera persona por una voz femenina. Es mi primera novela narrada en primera persona porque, en verdad, la anterior, La sombra del púgil, estaba narrada en primera del plural y las otras en tercera. No me parece un cambio tan decisivo, pero me importó y me agradó hacerlo.”