HISTORIETA
Horacio Altuna (guionista y dibujante): “Desde un punto de vista profesional era, seguramente, el más grande guionista argentino después de Oesterheld. El agujero que deja es inmenso, porque tenía una gran producción, de muy alta calidad, que alimentaba a muchísimos dibujantes, entre los que en algún momento me conté. Creo que todos hemos trabajado con Trillo en los últimos 40 años, como en los ’50 y ’60 lo hicieron otros con Oesterheld. Era único e irreemplazable. Así de simple. Personalmente, parte de lo mejor que he hecho en historieta fue con Carlos. Podría decir que no sé qué hubiera sido de mi carrera profesional si no me hubiera cruzado un día con él. Le estoy agradecido por lo que me brindó y por lo que aprendí trabajando juntos. Chau, Carlos, gracias y hasta siempre”.
Rodolfo Santullo (guionista): “El primer recuerdo que tengo de una historieta de Carlos Trillo es en Fierro. La Fierro vieja, claro. La historieta era Peter Kampf lo sabía y directamente me fascinaba. Creo que a partir de ahí fue que empecé a buscar quiénes eran los autores de las historietas y empecé a buscar, obviamente, más historietas de este tal Trillo. Y eventualmente llegué a Cosecha verde. Y listo, fue el acabóse. Era de lo mejor que había leído en mi vida. Aún hoy, muchos años después, está dentro de lo mejor que he leído jamás. En el ínterin de ambas lecturas y mientras avanzaban los años, decidí que iba a tratar de escribir mis propias historietas y Trillo siempre fue un modelo a seguir. Uno difícil, sin dudas, ya que pocos autores crean personajes como Trillo, estructuras narrativas como él, argumentos con mil aristas, puntas, extremos, líneas. Años más tarde, tuve el placer de conocerlo. Poco, lamentablemente. En persona, apenas si charlamos dos o tres veces y fue muy grato encontrar a un tipo cálido, humilde, divertido. Cruzamos algunos mails también, pocos una vez más. Es muy triste saber que se ha ido. No hace mucho leía una extensa entrevista que le hacían en un blog italiano y me asombraba la cantidad de historias, series y novelas gráficas que desarrollaba al mismo tiempo, que ahora han quedado truncas. Huérfanas. Como todos nosotros que tratamos de escribir historietas y nuestro mayor modelo ya no está”.
Rudy (guionista y humorista): “Lo conocía personalmente, pero eso es anecdótico. Yo diría que Trillo es uno de esos maestros que tenían muchos alumnos, pero que no lo sabía. Creo que uno de los primeros contactos que tuve con la obra de Trillo fue Satiricón, en los setenta, cuando escribía con Alejandro Dolina. En esa revista había varias duplas. Es una cosa rara: eran dos escritores, pero ninguno era dibujante. Después me enteré de que antes de eso había dirigido la revista Antifaz. Fue una revista muy linda de fines de los sesenta que hacían los de Anteojito, pero con más historieta. Ahí aparecen por primera vez Lucky Lucke y Asterix, y además traía una serie de cuentos y literatura para chicos buenísima. Además, ¿quién puede sentirse lejano de las tiras como El “Loco” Chávez y El Negro Blanco? Fueron muy disfrutadas por mí. Trillo nunca estaba exento del humor: algunas historietas se iban más para otro lado, como Cybersix, de ciencia ficción y súper interesante. Pero muchas tenían que ver con cierta cosa humorística. Me acuerdo de Polución Nocturna, que salió en la primera Fierro. El grupo de gente que constituyeron en una época Trillo, Guillermo Saccomanno, Juan Sasturain hacía cosas muy esperables, muy disfrutables. Desde un lugar más egoísta, me gustaría seguir conociendo más historias contadas por él. Fue alguien que a mí me marcó, más que nada, en mi adolescencia y postadolescencia, pero que sigo recordando y riendo con las cosas que hizo. Fue un maestro y al mismo tiempo fue ese tipo que te contaba cuentos muy buenos de esos con los cuales no te vas a dormir. No te ibas a dormir nunca sus historias porque querías saber cómo seguían. Y cuando terminaban, uno quería que contara otro. Su obra tenía intriga pero también humor. Fue una persona que hizo cosas muy valiosas en su vida”.
Guillermo Saccomanno (escritor y guionista. Junto a Trillo, hacía la sección de críticas “Club de la historieta” en Skorpio): “Además de amigo, fue una marca importante porque tiene que ver con mi formación intelectual, no sólo desde lo que hace a la escritura de guiones, sino porque con él descubrí la historieta y la llamada ‘literatura seria’. El era un gran lector, infatigable, que podía leer desde Ray Bradbury hasta Raymond Carver. Además, formó generaciones enteras de lectores más allá de la historieta. Es una gran pérdida, es como perder un hermano mayor”.
Eduardo Maicas (coguionista de Clara de Noche y dibujante): “No lo puedo creer. Siento su muerte más por la parte humana que por profesional. Porque éramos muy amigos, hablábamos tres o cuatro veces al día. Y cada 15 días nos juntábamos en un bar religiosamente a hacer Clara de Noche, tira que hacemos desde hace 20 años. Lo quería mucho. Carlos siempre fue una persona muy noble y generosa. Y era un muy buen profesional: podía abarcar cualquier género y lo hacía bárbaro. En Clara... él era el verdadero guionista y yo le daba el toque de humor en el remate. Es inevitable el nombre de él cuando se habla de historieta argentina. Era muy humilde, pero era un grande. Se manejaba con simpleza y nunca se la creía. Nunca voy a olvidar algo que me decía cada vez que se iba de viaje: ‘Cuidá las Rodhesias’. Era como decir que cuidara el ‘kiosquito’”.
Fernando Calvi (dibujante y guionista, trabajó junto a Trillo en Cybersix): “Que era un gran guionista y creador de personajes es indiscutible. Lo genial es que nunca intentó legitimar desde otro lado que no sea la calidad. Con él tuve una relación muy particular cuando trabajamos en Cybersix. Fue una experiencia rara, muy linda. Vine del interior y lo fui a ver con guiones bajo el brazo y el tipo me atendió. De la noche a la mañana pasó de ser un ídolo a ser un compañero de trabajo. En ese tiempo, cuando nos juntábamos con Mandrafina, Maicas y él, comencé a conocer la cocina de todo. Fue súper interesante trabajar con él, porque era conocerlo antes de la producción. También fue un tipo muy inquieto. Jodíamos con que era más joven que yo, porque siempre estaba informado, actualizado. Y era un lector voraz. Si bien tenía un estilo y una personalidad muy fuerte, era un tipo muy dúctil. Tenía esa cualidad de ser guionista de dibujantes. Carlos les escribía a los dibujantes y potenciaba su obra. Con (Horacio) Altuna era un Trillo y con (Jordi) Bernet y (Carlos) Meglia, otro totalmente distinto. Es que era muy ágil y móvil en su producción: le daba una valoración muy grande a la dupla, intentaba entrar al mundo del otro y se adaptaba de una forma notable. Sin duda, fue un constructor de duplas. Cuando trabajabas con él, te permitía aprender muchísimo. No se guardaba nada, contaba todo, era muy franco. La interacción con la gente lo cargaba de pilas”.
Domingo “Cacho” Mandrafina (dibujante, hizo con Trillo Los misterios de Ulises Boedo y El husmeante, entre otros): “Su muerte fue tan inesperada como incomprensible. Siento un hueco enorme. No es sólo la pérdida de un amigo, hay que dimensionarlo como el profesional que era: un historietista testigo de todas las épocas posteriores a Héctor Germán Oesterheld. Trillo forma parte de la etapa más clásica de la historieta y a la vez estaba en contacto con las nuevas generaciones. Yo podía disfrutarlo en el trabajo, apreciarlo en la relación cotidiana con los tácitos y sobreentendidos que son imposibles de armar de la noche a la mañana, pero su ausencia va más allá: es irreparable, además, por el talento que tenía”.
Producción: Sergio Sánchez
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