Nara Mansur, a cargo del cierre del III Festival de Poesía en el Centro, subraya que Cuba es un país de poetas con influencias y experiencias de diversa índole. “Hay poetas más interesados en el diálogo con la tradición poética misma; en los últimos años se ‘ha conversado’ mucho con Lezama Lima y Virgilio Piñera y más recientemente se rescata y actualiza el coloquialismo, una corriente de fuerte impacto desde los años ’60 hasta los ’80”, cuenta la poeta cubana, Premio Nacional de Poesía Nicolás Guillén 2011. “Mi caso es bastante atípico porque provengo del teatro y me interesa sobremanera el cruce de estas dos posibles literaturas: el texto teatral desde su soporte literario (lo que podemos leer, lo que queda) y el poema que se arma como texto-tejido-dramaturgia”. Mansur advierte que la poesía cubana tiene un componente ético “muy importante”. Esos núcleos éticos se podrían sintetizar en el planteamiento por la soberanía de la patria, el sueño de lo imposible-posible y el grito de libertad colectiva y subjetiva. “Los poetas le han cantado a Cuba, a sus tópicos y también al misterio y a lo porvenir; lo desconocido que no los inmoviliza sino los potencia.” Mansur confirma que José Martí continúa siendo “el poeta mito, el héroe más venerado, el escritor que se abre y se multiplica en interpretaciones de todo tipo”. En su último libro, Manualidades, está la marca de Martí, especialmente de Ismaelillo y la Edad de Oro. “En ese poemario trato de dar cuenta de la experiencia de la maternidad, de ideas como el trabajo manual e intelectual, en una conversación imaginaria entre madre e hija”, revela la poeta.