Además de cambiar de dial, Bobby Flores retorna a la conducción matutina con Hablar es fácil (Spika, FM 103.1), función que sólo había realizado desde 1987 a 1989 cuando formó parte –junto a Lalo Mir y Douglas Vinci– del mítico ciclo Radio Bangkok. “Es un regreso a un horario que me dio muchas satisfacciones”, cuenta el conductor, que cada día es acompañado por Gustavo Grabia y Santiago Calori. “Hablar es fácil es un magazine en el que hablamos de música, deportes y cine. No nos metemos en análisis políticos. Hablamos de lo que sabemos. Porque hablar es fácil, lo difícil es decir cosas interesantes. Aunque debo confesar que en mi caso es más fácil pasar música que hablar”, reconoce. Por su parte, Baccardi on, en Kabul (FM 107.9), es un ciclo hecho a la medida de su faceta como musicalizador. “Es música pura. Anuncio de tema y música, nada más. En ese sentido, Kabul es la que conserva el espíritu de los comienzos de Rock and Pop. Porque además trabaja con musicalizadores, no con máquinas.”

–¿Y cuál es la diferencia?

–Que el musicalizador tiene sentimientos, estados de ánimo... Puede poner una canción que no es un hit, no está en la lista de temas previa, pero sabe que es un buen momento para ponerlo al aire, que es el clima ideal. El musicalizador tiene hambre, ama, odia, se enoja... Al musicalizador no lo cargás con temas, el tipo viene con la música.

–¿Con la música que le gusta?

–El musicalizador nunca pone la música que prefiere. Si yo pongo la música que escucho en mi casa, no me escucha nadie. Yo tengo la mente deformada naturalmente. Debuté en radio en febrero de 1977, hace treinta años que hago esto. Estoy quemado. Un musicalizador debe ir hacia algún lugar. Siempre se arranca con un tema y después se va para atrás o para adelante. Pero siempre es un tema el que te lleva hacia un lugar. La sensación térmica de la que se vale un musicalizador pasa por sus propias sensaciones y las del operador.