Lo de Nabuhiro Suwa es todo un regreso con gloria, teniendo en cuenta que en 2003 el Bafici le había dedicado una retrospectiva a este nipón mayor. En esa ocasión había podido verse H/Story, en la que este nativo de Hiroshima entablaba un diálogo, a la distancia, con Hiroshima con amour. Ahora, esa distancia –con el cine francés en general y la nouvelle vague en particular– se reduce al mínimo, gracias a Un couple parfait, que Suwa filmó el año pasado, en París y con elenco enteramente galo. El título (Una pareja perfecta) es más amargo que irónico, ya que lo que narra Suwa –con su estética de planos largos y sostenidos, que parecen querer disecar la tristeza para tomarle el pulso más a fondo– es la lenta e implacable demolición de un matrimonio. Que ella sea ese fenómeno cinematográfico llamado Valeria Bruni-Tedeschi no hace más que añadirle un plus definitivo a este retrato de una lenta corrosión.

(Hoy a las 11.15, en la sala 10 del Hoyts.)

Singapur no es precisamente el país del mundo de producción más amplia y conocida. De Singapur es Eric Khoo, y Be With Me –premiada en Cannes 2005 y parte de la competencia oficial de Mar del Plata 2006– es su tercera película. Historia de encuentros y desencuentros cruzados, de lo que habla Be With Me es de formas de comunicación (e incomunicación) alternativas al habla, a las que distintos personajes solitarios acuden, en reemplazo de la palabra faltante. Chats, mensajes de texto y cartas a medio escribir son los medios a través de los cuales un muchacho tal vez demasiado obeso, dos chicas con un amor resquebrajado, un hombre viudo y, sobre todo, una mujer sorda y ciega, intentan poner un pie fuera de sus islas. Narrada con una desprolijidad que le va de perillas, el corazón de la película es Teresa Chan, condenada al extraño destino de padecer sordera y ceguera, y que aquí reconstruye su propia e increíble historia, de modo conmovedor y con un relato en off que en lugar de oírse se lee.

(Hoy a las 18 en el Atlas Recoleta.)