Domingo, 21 de mayo de 2006 | Hoy
TELEVISION
De vasta experiencia en la televisión estadounidense (trabaja permanentemente como director de La ley y el orden: Unidad de víctimas criminales), Campanella trasladó a Vientos de agua el diseño de producción norteamericano, en el que varias cabezas se rotan en la dirección de los capítulos. De hecho, Campanella dirigió los episodios 1, 2, 6, 8, 11, 12 y 13 de la serie, Bruno Stagnaro el 4 y 10, Paula Hernández el 7 y Sebastián Pivotto el 3, 5 y 9. “Pero no es que yo me quedé con los más atractivos. En realidad, se dividieron sobre la base del plan de producción y la disponibilidad de cada uno. Esa estructura rotativa no es un problema sino una ventaja para la serie. Al ser diferentes cabezas, la serie tiene más frescura, porque hace que ciertos esquemas de situación y encuadre se repitan. Me interesaba ver las distintas perspectivas que el guión podía tener según quién lo trabajase.” Además de escribir los libros de la serie –junto a Aída Bortnik, Juan Pablo Domenech, Alejo Flah y Aurea Martínez–, el director de Luna de Avellaneda supervisó cada uno de los capítulos. Aunque, dice, le dio libertad creativa al resto de sus colegas. “Ellos recibieron un elenco de protagónico, pero el casting de cada capítulo lo eligió cada director, al igual que las locaciones. El único requisito era que se filmara cámara en mano. Esa regla la tomamos porque teníamos miedo de que la serie tuviera los clichés de los programas de Hallmark: el pasado en blanco y negro y el presente en color, el pasado con una dirección formal y el presente con movimiento... Decidimos que el diseño de color fuera, por ejemplo, el presente en fotoshop y el pasado pixelado. Y optamos por cámara en mano porque la gente del pasado también tenía pilas. No vivían a cuerda.”
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