Miércoles, 3 de octubre de 2012 | Hoy
TEATRO › OPINIóN
Por Fabio Mosquito Sancineto *
Uno puede comenzar escribiendo “es más que interesante y más que gratificante” o “lo importante de todo esto es...”. Y no lograr jamás adjetivar la verdadera sensación que produce, en este caso, poder participar lúdicamente dentro de un festival de teatro adolescente, ahora de carácter nacional. Habrá jornadas que resolverán los deseos inmediatos y las expectativas tanto de sus organizadores como de los participantes, y es aquí donde me detengo, atento; leo la información que ofrece el programa, la cantidad de elencos que brindará su arte, los paneles de intercambio, las conferencias, los talleres gratuitos, los espacios donde se desarrollarán los encuentros. Y es todo festivo, una fiesta joven, de amplitud, de espíritu ancho, franco, revelador, como es un adolescente, como somos aún los que mantenemos nuestras almas unidas en ese amplio balcón del grito desaforado y del susurro atomizado... El ser, el joven que busca desarrollar su esencia, su identidad y el arte que abraza todas estas intenciones. Y siempre parece preocupar la “mirada” adolescente, para algunos conservadores que la quietud produce el rechazo. Para otros nos empuja a reconocernos en ellos, aprender de ellos, escucharlos y preguntarles qué necesitan y cómo lo necesitan, ponerse a su servicio. Personalmente, eso es lo que haré al compartir mi experiencia dentro de mi género de juego teatral, donde el compromiso subraya la inquietud de ambos. Está buenísimo ser inquieto, aun en el silencio de la mirada atenta. Entonces, celebro estos cinco días de alto encuentro. ¡A tomar los sitios, jóvenes! ¡Que están acompañados! A mostrar con orgullo sus obras, a decir libres los pensamientos, a proclamar la política de la cultura. Los jóvenes están siendo desde hace pocos años nuevamente protagonistas de sus derechos, participando socialmente. ¿Qué más, entonces, que esta valoración a través de este festival? Quizá le sirva también a ese periodista representante de lo más reaccionario y peligroso que también contiene una sociedad, la censura y la inoperancia, para aquel que les faltó el respeto llamándolos “conchudos”. Y no hizo más que ¡hablar de sí mismo! Gracias a los organizadores y la directora del festival. ¡A llenar el cuarto de más vida, color y cultura en acción! Aquí estoy, aquí estamos, vamos que venimos.
* Actor, director e improvisador.
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