Leonardo Padura está trabajando en tres proyectos para cine. Uno es un guión para el director francés Laurent Cantet, quien le pidió que escribiera un guión a partir de un episodio de La novela de mi vida. Dos productores –uno alemán, el otro español– invitaron al escritor cubano y a su esposa –Lucía López Coll– a colaborar en la realización de una serie televisiva de ocho capítulos sobre las cuatro primeras novelas de Mario Conde. El tercer proyecto es sobre El hombre que amaba a los perros. “Unos productores franceses están tratando de hacer la película y están buscando buenos guionistas, buenos directores, para hacer la selección final. No quise participar directamente porque es una novela que no sabría cómo llevar al cine. Hay que hacer un trabajo muy despiadado con respecto al libro para poder contar esa historia en dos horas. Y hace falta alguien que venga desde fuera y tenga la capacidad de distinguir la esencia de determinados momentos de la historia y convertirla en la historia de la película, que tiene que ser necesariamente mucho más sintética y reducida que la de la novela”, reconoce el escritor cubano. “El trabajo de guión no es esencialmente creativo; aunque tiene un componente creativo, es un trabajo de servicio para otro medio. Y en ese traslado a otro medio el máximo responsable es el director. Por lo tanto, el director tiene que hacer infinitas alteraciones en la propuesta que tú le haces como guionista. Y es lógico que así sea y uno tiene que entender que el trabajo del guionista es facilitarle al director que pueda contar la historia de la manera que él crea más apropiada.”