Si se le pregunta a Martín Oesterheld por el “Nestornauta”, evoca dos momentos: “Cuando Kirchner bajó los cuadros, me tomó por sorpresa. Me di cuenta de que no era joda, de que la justicia era esta vez una posibilidad real. El discurso en la ESMA, cuando pidió perdón en nombre del Estado, fue también muy movilizante para mí”. Luego sigue: “Ahora El Eternauta está muy reactivado por la utilización de La Cámpora, pero en realidad son muchísimas las agrupaciones que utilizan esa imagen: grupos políticos, comedores barriales, bibliotecas populares. Me gusta que lo tome cualquiera, que no esté cooptado por una sola agrupación. Debajo de la escafandra puede estar cualquier persona que tenga intenciones de cambiar la realidad, como Néstor en su momento, por su convicción transformadora. Pienso en El Eternauta como héroe vacante”. No deja de notar, sin embargo, que la evocación kirchnerista sea “un poco tirada de los pelos”. “¿Dónde quedó la escopeta de Juan Salvo en el ‘Nestornauta’?”, interpela.