“En México predomina una mirada neoliberal, alineada con las grandes propuestas de la globalización –cuenta Pilar Calveiro–. Frente a un movimiento social y político muy importante que intentaba plantear una alternativa, se ha recurrido a toda clase de violencia mediática, de violencia de hecho con la eliminación directa de personas, a todas las formas del fraude y la fuerza política para impedirlo. La situación es muy difícil y esto tiene que ver con la enorme penetración de las redes mafiosas dentro del sistema político mexicano.” Calveiro dice que hay una resistencia “impresionante”, no solamente en los movimientos electores, sino también dentro de la sociedad civil. “Estoy trabajando con el caso del municipio autónomo de Cherán, un municipio indígena que logra conformar una resistencia muy exitosa contra las redes mafiosas protegidas por algunos sectores, sobre todo las policías, con la prescindencia de los partidos políticos. Ellos logran armar un gobierno autónomo, controlar internamente su comunidad, expulsar de allí a todas las formas del crimen organizado. Y lo hacen creando nuevas formas de la política con una mirada diferente de la democracia, que implica formas de ejercicio de la democracia directa que podríamos llamar alter partidaria, que no se mueve a partir de la noción de partidos políticos; con otra idea de la seguridad, una seguridad comunitaria. Hay otras experiencias que están ocurriendo en el estado de Michoacán, pero también en otros lugares del país, por no hablar del zapatismo en el sur”, pondera la autora de Poder y desaparición (1998), Redes familiares de sumisión y resistencia (2003), Familia y poder (2006) y Violencias de Estado (2012).