- Edelmiro Molinari (Color Humano): “Era un tipo divino. Cuando entró a tocar conmigo fue después de su experiencia con Los Gatos. Oscar Moro entró y Color Humano se transformó, fue un sueño cristalizado. Era un tipo súper dulce, muy tímido. Y un monstruo atrás de la batería. Hace muchos años que nos conocemos, así que por fuera de lo profesional hemos sido muy amigos. No puedo decir nada más. El resto, lo estoy tirando en lágrimas”.

- Ciro Fogliatta (Los Gatos): “Su trabajo fue muy grande y está todo ahí, para escucharlo. Fue un gran baterista de rock, como no hay ahora. Fue una pérdida muy grande para la música porque tocaba con mucho talento y estilo. Siempre fuimos amigos, aunque estuve un tiempo fuera del país y durante ese lapso no nos vimos, cuando volví retomamos la amistad. Se lo va a extrañar mucho”.

- Pomo (baterista): “Lo conocí en el Hotel Victoria, en ‘la manzana loca’, cuando estábamos con toda la movida de Los Abuelos de la Nada, con Pipo, Pappo y la gente de Manal. Ibamos a escuchar los discos importados que se compraba Litto Nebbia, y ahí lo vi cuando recién desembarcaba de Rosario. Con Seru compartimos un ciclo de despedida con Jade. Tengo el mejor respeto por ‘Morito’. Era un muy buen baterista, tenía firmeza, aplomo, era un tipo siempre regular, muy seguro. Lo que más me gustó fue la última epoca de Seru. Cuando hicieron las fechas en Obras, fueron después de las despedidas con Jade, empezaron a tocar fuerte, y él acompañaba con una batería enorme con cien mil tambores. Era un tipo que sabía reconocer sus limitaciones y aprender de la lujuria de los demás, y eso no lo hace todo el mundo. Cuando pasó lo de Pappo nos encontramos en la esquina del bar Mallorca y estaba Morito, ese día lo llevé a la casa en mi auto y charlamos. Esa fue la última vez que lo vi”.