Miércoles, 29 de enero de 2014 | Hoy
MUSICA › LEóN GIECO RECORDABA ASí LA VISITA DEL BARDO FOLK A BUENOS AIRES
Conocí a Pete Seeger en el Festival de la Nueva Canción, donde había gente como Silvio Rodríguez, Oscar Chávez, Tania Libertad. El cierre era con “Sólo le pido a Dios”, donde subíamos a cantar todos juntos. Ahí lo vi cantar y me impresionó cómo se hacía entender, pegando carteles en la parte de atrás del escenario con las letras en castellano. Otro recuerdo que tengo de ese momento es que en el hotel donde estaban alojados todos los artistas que participábamos, él bajaba a desayunar con el banjo y se ponía a tocar en medio de las mesas.
En una de las noches finales, Pete escuchó “Sólo le pido a Dios” y quiso saber quién era yo, qué decía la letra de la canción, de dónde venía el artista. Y vino a saludarme al camarín, y eso me emocionó muchísimo. Poco después recibí una carta suya y me produjo tal conmoción que compuse la canción “Para Pete”. Le contesté diciendo que sería bueno que viniera a tocar a la Argentina. Lo fui a esperar al aeropuerto con los Mitimaes y lo recibimos tocando, cosa que le encantó.
El concierto fue algo totalmente diferente a un recital mío, y eso era lo bueno. Creo que estuve acertado en hacer compartir a Pete con personas como Leda Valladares y Sixto Palavecino. En lo económico, el saldo fue pobre, porque aunque hubo lleno total era la época de la hiperinflación, y la entrada costaba un dólar. Igualmente, él venía por los gastos, en ningún momento quiso cobrar. Pete viajaba a Nicaragua a tocar y visitar a su hija, que estaba casada con un nicaragüense. Habían quedado unos 300 dólares que le di para que donara a un hospital de allá. Al poco tiempo me mandó una carta con un papel del hospital donde certificaba la donación.
Aproximadamente un año después hicimos una gira con tres actuaciones en Boston, Washington y Nueva York; en esta última ciudad se nos sumó David Byrne, que apareció diciendo que quería tocar. Yo los presenté a Byrne y Pete Seeger: me parecía increíble que estos dos artistas se conocieran a través de mí. Cantamos un tema hermoso todos juntos al final del concierto. Al día siguiente fuimos a conocer la casa de Pete, a 60 kilómetros de Nueva York, en medio del monte. Había que dejar el auto y seguir a pie. Su manager me decía: “Así son mis artistas. Solamente un subversivo puede vivir aquí”.
Estas cosas en el momento tienen un peso, y cuando va pasando el tiempo tienen más peso aún. Una de las cosas más importantes que me pasaron en mi vida fue haber tenido un contacto con esta persona. Son cosas gloriosas que me pasaron, e indudablemente haber tocado y compartido tiempo con Pete fue una de ellas. Me hubiera gustado poder repetir una situación similar, pero hay cosas tan grossas que pasan una sola vez. Son personajes históricos, Pete es irrepetible, como lo son también Leda (Valladares) y Sixto (Palavecino). Y ya están retirados, así que fue una suerte poder hacerlo en ese momento.
* Palabras de León Gieco de la entrevista realizada por Claudio Kleiman en Página/12 el 8 de julio de 2006, con motivo de la publicación de Concierto en Vivo, acompañando la edición del diario.
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