Actriz y directora de teatro, convocada por el cine y la TV, Leonor Manso es dueña de una valiosa trayectoria. Su trabajo anterior más inmediato ha sido su participación en la serie Doce casas (Historias de mujeres devotas), escrita y dirigida por el dramaturgo y cineasta Santiago Loza, que se emite por la TV Pública, donde la actriz comparte protagonismo con Tina Serrano y Cristina Banegas. “Un gusto trabajar con ellas”, dice Manso, quien por el momento piensa dedicarse sólo a la actuación, donde debutó –recuerda– con El deporte de mi madre loca, de Ann Jellicoe, autora de El knack... y cómo lograrlo; y siguió con La noche de los asesinos, del cubano José Triana. Manso es otra de las artistas que no olvida al actor y director Alfredo Alcón: “Trabajé con él en teatro, cine y televisión. Alfredo quería hacer muchas cosas todavía. Me duele su muerte, también por nosotros, porque se ha ido una persona para la que no hay reemplazo. No hay otro como él, y ahí notamos la ruptura ética y cultural en la que nos encontramos todavía. Mi generación es la última que trabajó con los mayores. Con Alfredo, María Rosa Gallo, Carlos Carella, Osvaldo Bonet... Algunos jóvenes, creo, perciben esa fractura. La dictadura, el genocidio, la venta que se ha hecho del país, todo eso nos ha retrasado como sociedad. No valorar la vida, como está sucediendo, es tremendo. Hay demasiadas oscuridades en la sociedad y se mata sin culpa”.