El crimen está muy presente en la familia de Asuntos pendientes, sostiene la directora Elvira Onetto, quien tanto en esa función como en el rol de actriz ha trabajado en numerosas obras de Eduardo “Tato” Pavlovsky. Onetto subraya el crimen en todas sus formas, incluidos el suicidio y la ética, y opina que el dramaturgo retoma aquí “la psicología del criminal, del torturador que lleva adelante sus acciones sin ningún prurito”. Lo que hace y dice Aurelio no está sólo en su cabeza. Mata, aunque diga que fue por accidente, y hace desaparecer un cuerpo en el Riachuelo, dando idea, con ese acto, de que no hay recuerdo sino olvido.

“En la obra, el sujeto no es uno porque se transforma. En una escena condena a los que sobornan con plata a los chicos para que cometan delitos, pero también los mata. Las acciones transcurren como si se tratara de una pesadilla, con situaciones confusas, donde hay que descubrir las palabras que faltan. Lo importante es que ni Tato ni yo, en la dirección, abrimos juicio sobre lo que está viendo el espectador. Las escenas se suceden de forma que a veces entre tanta impunidad causan gracia.”

“Para la mentalidad de esos personajes no hay culpables. Todo queda saldado en su propia conciencia dudosa. Esto es impunidad. Asuntos... está cerca de lo que vemos a diario. Algunos piensan que no es para tanto. La complicidad civil excede a lo nacional. La iniquidad es cada vez mayor en nuestro país y el resto del mundo. Es horroroso lo que escribe Tato, pero sigue habiendo niños a los que les salen gusanos de los ojos. La incitación al delito y la violencia institucional están entre nosotros y en otros países: el crimen del adolescente Luciano Arruga, y en México los 43 estudiantes asesinados.”

“La obra no es una crítica a este gobierno. La iniquidad está metida en la sociedad desde hace tiempo. En alguna escena, la familia de Aurelio es encantadora. No es más que apariencia. En este cambio de sala la diferencia está en el lugar. En Caliban se ven las paredes, las zonas con material... Es un lugar de pesadilla. En la Cooperación, los personajes se encontraban en una especie de cámara negra, en un ‘nolugar’. Estamos contentos con estas funciones, ante todo por la recuperación de Tato. Es un titán.”