“El cine y el teatro son lenguajes muy diferentes. Estadísticamente me he dedicado más al cine: de 50 películas, he hecho diez programas de televisión y diez obras. Pero todos los lenguajes me encantan”, dice Sbaraglia. “Te dan una gimnasia y posibilidades diferentes. Además, el contacto con el público cambia. En una película lo tenés en la calle. En el teatro es de mucho dinamismo. Es hermoso, es un hecho muy vivo. Después se extingue, se va, queda en la imaginación, en el recuerdo de las personas, en el mío. Va a contrapelo de todo lo que viene sucediendo, porque hoy todo está mediatizado. Queda en el disco duro de nuestra experiencia”, compara. En cuanto al cine, el actor está lleno de proyectos. El 7 de mayo llegará a los cines Choele, de Juan Sasiaín. Recientemente culminó el rodaje de No te olvides de mí, ópera prima de Fernanda Ramondo que lo tiene como protagonista. Y en junio comenzará la filmación de Sangre en la boca, de Hernán Belón, director de El campo, en la que actuó con Dolores Fonzi. Respecto del fenómeno de Relatos salvajes, el actor sostiene: “Fue impresionante, estoy recontento y positivo. Uno espera que esto se contagie a muchas películas argentinas que también merecen éxito. Hay temas de presupuesto para la promoción, del poder frente a distribuidores... es un tema complejo. El poderío de los exhibidores está, claro, muy basado en el mercado. El gran tema del cine argentino es de qué manera cada película puede encontrar su propio público”.