CINE › UN MITO DE LA HISTORIETA MODERNA
El hombre de Marvel
Por M.P.
Cuentan que, cuando Robert Rodríguez lo llamó para proponerle llevar Sin City al cine, Frank Miller tomó la propuesta con mucha desconfianza. No podía ser de otra manera, después de la forma en la que Hollywood había tratado a cada uno de sus proyectos que, desde Batman hasta Elektra, pasando por sus guiones de Robocop, nunca habían estado a la altura de las intenciones originales. Pero lo que lo convenció, dicen, fue ver en la pantalla una breve escena utilizada a manera de prólogo en La ciudad del pecado, en la que el carilindo Josh Gartnett deviene un extraño antihéroe seductor y fatal. Toda la esencia –bien negra– de la historieta de Miller está contenida en esa escena, pero también la estética de un dibujo lleno de manchas de tinta en la página en blanco, nunca antes tan bien trasladado al blanco y negro del cine.
Auténtico mito dentro del mundo de la historieta moderna, Frank Miller nació hace cuarenta y ocho años en Olney, Maryland. Comenzó a trabajar para Marvel a fines de los setenta, y se ganó un lugar dentro del sello gracias a un especial en el que El hombre araña se cruzaba con un personaje por entonces en decadencia, Daredevil. Dedicado por completo a este último, Miller lo revivió al punto de ganar prestigio como para dar el salto de Marvel a DC para hacer lo propio con un agotado Batman, en una miniserie bestialmente cínica y mundialmente aclamada titulada El regreso del señor de la noche. Allí presentaba un mundo en el que los superhéroes se habían disciplinado y puesto al servicio del gran país del Norte. ¿Todos? No, claro que no. El desquiciado Batman, ese superhéroe sin superpoderes sino apenas un superodio contra el mundo, no lo había hecho, y el presidente mandaba a Superman a disciplinarlo.
Si Batman volvió a la vida fue gracias a aquel comic de Miller, pero cuando esa resurrección llegó a la pantalla grande poco había de su pluma allí. Una vez en la cima, Miller se asoció con otros autores para crear su propia editorial, Dark Horse, y comenzó a dibujar y publicar sus propios comics: entre ellos fue que asomó Sin City. Simultáneamente, intentó meter un pie en Hollywood. Lo primero que hizo fue hacer los guiones de Robocop 2 y 3, y hasta llegó a terminar una historieta en la que Robocop se enfrentaba con Terminator. Poco de ese trabajo llegaría dignamente a la pantalla grande, y lo mismo se puede decir de las adaptaciones de Daredevil y especialmente Elektra, la heroína que Miller creó a partir del primero. Ambas adaptaciones cinematográficas jamás llegan a transmitir la excitación y el deslumbramiento de sus comics. Incluso Batman Return, que en principio adaptaba su Batman: Year One, realizada (al igual que Daredevil) junto al dibujante David Mazzuchelli, terminó apartándose demasiado del original.