Los nombres de los programas radiales de Dolina tienen un rebusque semántico que, sin embargo, asegura que no son fruto de la búsqueda. “Nunca tenemos título y generalmente se lo pone cualquiera”, dice, y asegura que el nombre con el que arribó a Continental en 1993 surgió por “casualidad”. “Había un amigo que trabajaba en la revista Humor que había publicado un libro, que me lo dedicó y me lo regaló. Después me lo encontré en la redacción de Humor y nosotros estábamos publicando un libro. Y se lo dediqué a él: ‘Recibí tu libro, ahora te doy el mío. La venganza ha sido terrible’. Justo estábamos preparándonos para salir al aire y no teníamos título para el programa, y se me ocurrió que era un lindo título para un programa de radio: la venganza será terrible. Que no significa nada, es una frase de lugar común de las novelas de capa y espada. El nombre no significa mucho, es una comodidad. Hay programas que tienen pésimos nombres y son muy buenos, y otros que tienen muy buenos nombres y nada más que eso”, ríe.