En los próximos meses llegará a la Argentina el nuevo libro de Jesús Hernández, ¡Es la guerra!, que amplía miras hasta abarcar sucesos de toda la historia militar. “En esta obra presento más de doscientas anécdotas, pero que no se quedan en eso, sino que sirven para comprender la evolución del arte de la guerra, o para conocer la génesis y el desarrollo de conflictos relevantes pero casi olvidados, como la guerra de Crimea, la de los Bóers o la Ruso-japonesa”, anticipa el escritor.

–¿Me adelanta una de estas anécdotas?

–Mi favorita corresponde a la Guerra Ruso-Japonesa, dirimida en 1904-05. Los rusos decidieron trasladar su flota del Báltico a aguas japonesas, pero el viaje, en el que debían rodear el continente africano, fue un cúmulo de desastres. En el Mar del Norte confundieron a unos pesqueros ingleses con la flota nipona, hundiéndolos por error. Al pasar cerca de Gibraltar, uno de los barcos se enredó con un cable submarino y lo cortaron, sin saber que se trataba de un cable de comunicaciones entre Africa y Europa. Por el camino hundieron otro pesquero, un mercante y una goleta, pensando también que eran buques japoneses. En unas prácticas de tiro en aguas africanas, hundieron uno de sus propios barcos. Al final, la flota rusa llegó a Japón, para ser derrotada por los barcos nipones en la batalla de Tsushima.