Mariano Cohn y Gastón Duprat se dieron a conocer con un potente programa de TV llamado Televisión abierta (América, 2000) en el que convirtieron la tele-servicio en un formato de galería de excéntricos que no estaban allí para dar lástima sino para expresar su deseo. Profundizaron esa veta en el film Enciclopedia, en un recorrido por ámbitos populares en busca de situaciones típicas que se revelaban inquietantes al salirse del terreno de lo cotidiano. Su paso por MuchMusic y el Canal Infinito llenó esas pantallas de personas comunes disputando espacio a las estrellas de rock y a los especialistas en cuestiones místicas: se vio a gente buscando pareja en Cupido, confesando experiencias paranormales en Juro que es verdad o exhibiendo una solidaridad creativa en Cadena de favores. Cuando les tocó conducir el canal Ciudad Abierta del gobierno porteño sacaron las cámaras a la calle para infiltrarlas en consorcios de departamentos, taxis, recorridos nocturnos de amigos y en cualquier esquina como en un Gran hermano callejero que aportó algo de incorrección política a una pantalla estatal. Yo presidente es su debut en los estrenos de distribución comercial (llegará a las salas el próximo 19 de octubre, producida por Pol-ka y Luis Majul), con un relato sobre la política y los políticos que era completamente ajeno a toda su producción anterior, basada en el amplio espectro de preocupaciones posibles de las personas comunes.